Los festivales de música en Latinoamérica y el Perú no solo son una celebración de la diversidad cultural y artística, sino que también desempeñan un papel crucial en el impulso de la economía local y nacional. Con la temporada de festivales en pleno apogeo, es importante reconocer el impacto positivo que estos eventos tienen en diversos sectores económicos y en el tejido social del país.
Como apunta el informe de OBS Business School Impacto económico en la industria de la música en directo, dirigido por la colaboradora Elena Mir, “Argentina, Brasil, México, Chile y Colombia lideran la industria musical en vivo desde el punto de vista de la organización y producción de festivales masivos. Además, América Latina fue una de las regiones que más creció el año pasado, con casi un 21% de incremento de ingresos de la industria con relación a 2022”.
Las giras musicales de artistas consagrados amplían este horizonte, convirtiendo a otros países, como Perú, en paradas obligatorias de sus múltiples conciertos. Si tenemos en cuenta que la industria musical incrementó sus ingresos en un 10,2% en todo el mundo en el 2023, América Latina fue una de las regiones que más creció, casi un 21% con relación al 2022.
El informe prevé para el sector un crecimiento sostenido para los próximos años, a pesar de que el consumo de la música en streaming o live streaming se está consolidando como alternativa más económica para acceder a este tipo de eventos. Este fenómeno del streaming, como nueva opción de consumo de música en directo, tuvo mucho que ver en estos resultados; en el 2023 más de la mitad de los usuarios brasileños (50,3%) consumieron música en streaming semanalmente, seguidos por los internautas de México (49,5%), Chile (44,1%), Argentina (40,8%) y Colombia (34%) en 5ª posición.
Los factores preocupantes de los festivales
Tal y como ocurre en el resto de los sectores industriales, la sostenibilidad se ha convertido en uno de los focos de actuación a tener en cuenta en la producción de espectáculos musicales en directo, independientemente de su tamaño y de la cantidad de público que acojan. “Dos factores marcaron la producción de eventos de gran formato en el 2023 y lo harán este año de nuevo: la sostenibilidad y la seguridad. La huella que dejan estos festivales se debe, por un lado, a los 5,2 kg de CO2 que genera cada asistente, y por otro, a las necesidades energéticas del recinto para asegurar su iluminación y los efectos especiales (34%) y a los desplazamientos del público (33%)”, expone Mir.
“Los productores musicales han sacrificado una importante parte de sus beneficios económicos en responder a las principales inquietudes de los asistentes de conciertos y festivales: la seguridad y la sostenibilidad”, afirma la experta de OBS.
Esta creciente sensibilidad y conciencia social por fomentar actitudes ecofriendly ha provocado que los organizadores deban contar con planes específicos de actuación que contemplen la disminución del impacto inmediato al entorno que acoge el festival, prestando también la mayor atención al reciclaje y gestión de residuos.
Por ejemplo, la célebre banda británica Coldplay presentó nuevas cifras que demuestran cómo han sido capaces de reducir las emisiones de carbono en sus conciertos casi a la mitad (-47%) adoptando, en la organización y producción de sus giras, varios métodos como: la utilización de combustible de aviación sostenible para sus desplazamientos, la alimentación energética de sus conciertos a partir de bicicletas y pistas de baile que producen electricidad, la construcción de decorados con bambú o la iniciativa de plantar un árbol por cada entrada vendida.
Otros artistas como Alejandro Sanz, Masive Attack, Billie Eilish o Maroon 5 llevan mostrando durante los últimos años su preocupación por el daño ecológico que producen los conciertos y se han comprometido públicamente a hacer todo lo posible para que sus futuras actuaciones en vivo sean sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Y es que la industria musical en vivo se convierte en un importante motor económico del país, no solo por el récord absoluto conseguido en la venta de entradas, sino por la repercusión en otros sectores de actividad, como el turismo y la economía local.
El sector musical incrementó sus ingresos en un 10,2% a nivel mundial y América Latina fue una de las regiones que más creció. El streaming tuvo mucho que ver en estos resultados. A pesar de estos datos, el estudio “Live music stimulates the affective brain and emotionally entrains listeners in real time” demuestra que “las emociones musicales intensas se expresan con mayor frecuencia en actuaciones musicales en vivo y se experimentan al escuchar música en vivo en conciertos, dada la relación dinámica entre los artistas y el público”, por lo que se puede continuar confiando en una prevalencia de asistentes en directo.
Finalmente, en un futuro cercano se prevé que la utilización de la IA en los espectáculos musicales en directo pueda llegar a ser un factor diferencial en la experiencia del espectador, llegando incluso a adaptar el entorno del concierto (iluminación, sonido o repertorio musical) a las preferencias del público, gracias al análisis que las cámaras del evento puedan hacer de las respuestas faciales o corporales de los asistentes.