En el marco del Día de la Madre, es crucial reflexionar sobre las desigualdades que enfrentan las mujeres peruanas en el ámbito laboral y cómo afectan su bienestar y seguridad económica a largo plazo. Estas brechas de género no solo limitan las oportunidades profesionales de las mujeres, sino que también comprometen su capacidad de ahorro y acceso a una pensión digna en la vejez.
Si bien las mujeres representan una parte creciente de la fuerza laboral, aún persisten desafíos vinculados a este ámbito que limitan su acceso a una pensión adecuada: menos posibilidades de ahorro debido a sus más bajas probabilidades de tener un empleo remunerado, las interrupciones en su carrera profesional debido a responsabilidades de cuidado —muchas dejan de trabajar tras convertirse en madres— y la carga desproporcionada de tareas domésticas en comparación con los hombres. A ello se suman la alta tasa de informalidad en su ocupación y las persistentes brechas salariales, detalla Michelle Salcedo, vicepresidente de Talento Humano y Asuntos Corporativos de AFP Integra.
Según el Servicio de Asesoría Empresarial (SAE), la brecha salarial por discriminación de género es del 19%. Además, el 73% de las mujeres en el sector formal gana menos de S/2,000 mensuales, mientras que el salario promedio de los hombres supera los S/2,500 .
Estas desigualdades, sumadas a la menor participación laboral, impactan directamente en su autonomía económica, en su capacidad de ahorro y, por tanto, limitan significativamente su capacidad de ahorro previsional, asegura la ejecutiva. “En Perú, solo el 21% de las mujeres accede a una pensión al momento de jubilarse y el monto que reciben puede ser hasta un 29% menor al de los hombres . En AFP Integra somos conscientes de las distintas brechas que hoy tiene el sistema previsional, por eso estamos comprometidos con la construcción de un mucho más sostenible, ofrezca mejores pensiones y llegue a más personas”, afirma.
En el marco del Día de la Madre, AFP Integra hace un llamado al diálogo de los diferentes actores del sistema —Estado, empresas, sociedad civil y sector financiero— a trabajar juntos por un sistema previsional más equitativo, que tome en consideración las brechas que aún quedan pendientes por cerrar. “La clave es reflexionar sobre esta realidad que nos afecta el presente y futuro como país, reconociendo las oportunidades que tenemos aún como sociedad, incluso en la etapa de la jubilación”, puntualiza.