Lima.- Frente a la próxima elección de nuevas autoridades en los poderes Ejecutivo y Legislativo, UNICEF hace un llamado para que niñas, niños y adolescentes ocupen un lugar prioritario en sus gestiones y estén al centro de la respuesta del país a la COVID-19
Este pedido lo hizo al presentar su informe Un año de pandemia, un año de acción en Perú que se realiza un balance del impacto que ha tenido la COVID-19 en la vida de las niñas, niños y adolescentes que viven en el Perú y en el que da cuenta de las acciones desarrolladas por UNICEF en apoyo al Estado y la sociedad peruana.
Según informó Ana de Mendoza, Representante de UNICEF en Perú, un total de 1.2 millones de menores de 18 años podrían haber caído en pobreza durante el 2020. Explicó que frente a este panorama UNICEF desarrolló un sistema que permite estimar el efecto de la caída de los ingresos en los hogares, en la pobreza infantil, la desigualdad y en indicadores de salud, nutrición y educación.
En esta línea de atención a la niñez y adolescencia más desprotegida, entre ellas la migrante, UNICEF puso en marcha un programa de transferencias monetarias mensuales dirigido a cuatrocientas familias con niñas, niños y adolescentes o madres gestantes para ayudar a cubrir sus necesidades básicas.
En cuanto a Salud, UNICEF junto al MINSA realizó un estudio de salud mental que reveló que el 33,6% de las niñas, niños y adolescentes en Perú presentan dificultades socioemocionales, cifra que se eleva a 69,4% si sus cuidadores tienen signos de depresión. Frente a ello, de manera conjunta con el Ministerio de Salud se instaló el primer servicio de atención de salud mental telefónica en Perú con la finalidad de llegar a los adolescentes y sus familiares en Loreto, Ucayali, Huancavelica y Lima.
En la acción de prevenir el Covid-19 se brindaron artículos de higiene a 34,838 personas en 157 comunidades amazónicas y se realizaron micro informativos en asháninka, awajún, aymara, quechua y shipibo-conibo con la finalidad de difundir medidas de prevención a estas comunidades.
Enfrentados a la falta de oxígeno medicinal, UNICEF también entregó 55 concentradores de oxígeno al Ministerio de Salud (MINSA) para atender a personas contagiadas en comunidades de Amazonas, Huancavelica, Loreto y Ucayali.
La violencia intrafamiliar fue otro de los problemas a enfrentar. UNICEF otorgó asistencia financiera y técnica al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) para la instalación de la línea 1810, que atiende casos de desprotección familiar durante las 24 horas del día. También se capacitó
a cuidadores de los centros de atención residencial y de justicia juvenil para implementar actividades psicosociales con 2.400 niños, niñas y adolescentes institucionalizados. Asimismo, se promovió el derecho de las niñas, niños y adolescentes a vivir en familia, propia o acogedora. Para ello, se reforzó el modelo de cuidados alternativos con la entrega de canastas de alimentos a 776 familias de acogida.
El cierre de las escuelas implantó la educación virtual. UNICEF acompañó al Ministerio de Educación en el diseño e implementación del programa Aprendo en Casa y entregó 10 mil kits educativos y recargas virtuales a celular a familias en pobreza extrema de Lima Norte.
UNICEF junto con el MINEDU, UNESCO, el Banco Mundial y el BID, elaboraron para el Estado peruano un plan estratégico para la reapertura segura y gradual de escuelas, una realidad que se hará posible – en la medida que se cumplan las condiciones establecidas- a partir de este 19 de abril en algunos colegios de zonas rurales y periurbanas del país. De Mendoza destacó que, si bien el año de la pandemia ha sido muy duro, la solidaridad y el compromiso siguió adelante: más de 26 mil ciudadanos y ciudadanas que reciben el título de socios
de UNICEF siguieron apoyando con su aporte económico mensual las acciones de UNICEF en Perú.
Igualmente, agradeció a las empresas y medios de comunicación que a lo largo del primer año de la
pandemia apoyaron todas las iniciativas en favor de la niñez y adolescencia.
El informe también recoge las preocupaciones y sentimientos de los niños, niñas y adolescentes
como Lucio quien comenta lo que ha significado para él la llegada de las vacunas, entre ellas las de
Covax Facility: “A pesar de todos los cuidados, mi mamá que es nutricionista y sale a trabajar al
hospital se contagió. Fueron semanas de mucha preocupación. Y solo cuando confirmaron que ya
estaba curada nos sentimos muy felices. Tan felices como cuando llegaron las vacunas porque con
ellas llegó la esperanza que nuestros padres y abuelos estarán más protegidos” .