Lima.- La primera parte del año fue testigo de consecutivas subidas en el S&P y el Eurostoxx. Sin embargo, septiembre le recordó a los inversores que el escenario favorable de un recuperación completa tras la pandemia, no es el único posible.
“El reflejo de las Bolsas el último mes, ha sido el peor para S&P desde marzo del 2020. Algunas de ellas, como la de Shanghái, beneficiada por el cierre vacacional de fin de mes, o el Nikkei, que ha subido casi un 5%, se han comportado mejor. Pero en unidad, el MSCI en dólares presenta una caída de 4,3% en septiembre, denotando parte de las dudas surgidas desde julio, pero que se han intensificado en estas últimas semanas.”, indicó Juan Carlos Ureta, Presidente del directorio de Renta4.
¿De qué manera ha tenido que ver China en la creciente inquietud de los inversores?
En primer lugar, el latente temor de subida de la inflación. Desde los primeros meses del año, la subida de precios fue considerada transitoria en su primera aproximación y estuvo vinculada a la reactivación de la economía tras los aislamientos. Sin embargo, las constantes subidas de las materias primas, como el petróleo y el gas, tiene convencidos a muchos de que el repunte de precios no está siendo solo motivado por el opening de la economía, sino que hay elementos estructurales. Entre ellos, la carencia de materias primas por la falta de inversión en producción y exploración tras años de bajos precios. Sin inversión suficiente, el suministro es escaso generando la subida de precios o cuellos de botella.
Además de la inflación, el crecimiento también preocupa. Gran cantidad de especialistas en economía concluyen que en el segundo trimestre del año se han observado picos de crecimiento, pero ahora las cifras no serán tan buenas. Nuevamente, China enciende las alarmas. El PMI de manufacturas en septiembre entró en zona de contracción, al caer en concreto a 49,6. Este mal dato junto a los problemas inmobiliarios y de algunas grandes tecnológicas, hacen temer un PIB en tercer trimestre realmente bajo. Es cierto que, hasta ahora no han sido tan malos los PMIs europeos y americanos de septiembre, sin embargo, quien contribuye mucho más que nadie al crecimiento global es la economía de China, y una abrupta interrupción se notará en Europa y EEUU.
Es inevitable pensar en los años setenta del siglo pasado, cuando la economía occidental fue llevada a la estanflación, coincidentemente por la gran subida del precio del petróleo, al cohabitar una economía estancada con una alta inflación. En ese sentido, nos encontramos frente a un escenario que empieza a preocupar fuertemente a los inversores, quienes notan que el dinero abundante, barato y una deuda sin límite, cuentan con su “ lado oscuro”.
En efecto, China anticipa los problemas que podrían sortear en las economías europea y norteamericana. No obstante, una gran diferencia entre la situación de los 70’ que hace que se pueda evadir una vuelta a la estanflación, es la revolución tecnológica que vive el mundo. Aunque, para que el mundo cambie no basta solo con ello. Las bases financieras de esta revolución tecnológica no pueden edificarse sobre gigantescas montañas de deudas, que lejos de ayudar en la transición hacia la nueva economía verde y digital, la dificultan al imposibilitar que los mercados hagan su trabajo de retribución de recursos de forma eficiente.
Octubre es importante, sobre todo para advertir la orientación de las Bolsas en la recta final del año. Las opciones se encuentran entre seguir siendo parte del mundo «ideal» en el que han vivido hasta agosto o ahondar en los problemas que se han puesto al descubierto en septiembre, problemas que China viene evidenciando con cierta anticipación.
En Renta4, se cree que la volatilidad continuará las próximas semanas, dada la magnitud y complejidad de los temas que han preocupado a los inversores en septiembre.