El escenario era impresionante, el sonido de primer nivel, y el Green Arena de Lurín, el recinto perfecto para albergar uno de los festivales más esperados del país. Miles de Vibralovers llegaron para ser parte de una experiencia única, donde la música, la cultura y la gastronomía se unieron en una celebración inolvidable. Vibra Perú no solo cumplió con las expectativas, sino que las superó, consolidándose como el mejor festival musical y cultural del Perú.

Desde el primer día, el festival se desplegó como una explosión de colores y sonidos. La jornada comenzó con la energía arrolladora de Amy Gutiérrez, quien a las 1:00 p.m. rompió el hielo con su carisma y talento, confirmando su lugar como residente del festival. El grupo Río siguió con un set lleno de clásicos que hicieron cantar y bailar a todos los presentes, mientras disfrutaban de una cerveza fría y algún bocadito delicioso, mirando a Pocho Prieto y su banda.

A continuación, la inconfundible Daniela Darcourt subió al escenario, cautivando con su poderosa voz y sus éxitos, poniendo a bailar a los primeros asistentes. El ambiente vibraba con cada canción, y el público no paraba de moverse al ritmo de la orquesta.

A medida que el sol se descolgaba, llegó el turno de Raúl Romero y su banda, quienes llenaron el festival de nostalgia. El recordado líder de Los Nosequien y los Nosecuantos invitó a su ex compañero Fernando Ríos para cantar juntos el emblemático “Los patos y las patas”, un momento que hizo estallar de emoción a los Vibralovers.

La fiesta no se detuvo. Deivys Orozco y su banda, cerca del atardecer, desataron la magia de Néctar, llenando de energía el ambiente con clásicos que hicieron bailar incluso a los vendedores del festival. A ese ritmo festivo se sumó Tomás Suárez-Vértiz, quien, emocionado por su primer videoclip grabado en el festival, rindió un homenaje a su padre, Pedro Suárez Vértiz, mientras deslumbraba a la multitud con su música.

El grupo Explosión de Iquitos hizo una aparición sorprendente, con una performance llena de energía y fuegos artificiales que dejó a todos boquiabiertos. Y como la cumbia norteña es parte esencial de nuestra identidad, Hermanos Yaipén y Armonía 10 ofrecieron un show impecable, con invitados especiales como Amy Gutiérrez y Leslie Shaw.

Para cerrar con broche de oro el primer día, la banda Amen hizo delirar al público con su blues y rock, llevando a los asistentes al éxtasis. La sorpresa final fue un set especial de Salim Vera y Manolo Hidalgo de Libido, que brindaron una dosis de rock de alto voltaje. Y el gran cierre estuvo a cargo de Miguel Tapia, miembro fundador de Los Prisioneros, quien hizo revivir los himnos del trío chileno.

El domingo llegó con la misma intensidad y una atmósfera festiva que invadió todo el recinto. Familias enteras disfrutaban de la gran oferta de experiencias, desde la imponente rueda mecánica, ideal para unas fotos espectaculares, hasta los juegos mecánicos y el variado patio de comidas. Desde ceviches hasta hamburguesas y pollo a la brasa, había opciones para todos los gustos.

Milena Warthon y Eva Ayllón, dos generaciones de artistas peruanas, abrieron la jornada con performances deslumbrantes. La primera, con su pop andino lleno de color y energía, y la segunda, con su poderosa voz que sigue siendo el alma de la música peruana.

El festival continuó con William Luna y sus canciones que fusionan el folclore con el pop peruano, y los Méndez de Trujillo, quienes pusieron a todos a saltar con su frenética presentación llena de hits latinos. Mauricio Mesones y su banda también hicieron lo suyo, regalando una selección de sus temas más queridos, mientras Milena Warthon se unía a él en el escenario para cantar juntos una de sus canciones.

La segunda jornada también estuvo llena de grandes momentos. La Única Tropical reafirmó su lugar entre las grandes orquestas del país, y Agua Marina inundó el Green Arena con sus cumbias clásicas, esa mezcla de sabor norteño que ha acompañado a varias generaciones de peruanos.

El festival culminó con una jornada épica, destacando a los bolivianos Los Kjarkas, quienes fueron aclamados por el público, así como las brillantes actuaciones de Amaranta y Max Castro. La sorpresa final estuvo a cargo de la reina de la Techno Cumbia, Rossy War, quien hizo bailar a todos con sus inolvidables melodías.

Vibra Perú no solo fue un festival musical, sino un viaje culinario que celebró lo mejor de la gastronomía peruana, desde los sabores tradicionales hasta las propuestas más contemporáneas. Con ceviches, pachamanca, pizzas, hamburguesas y más, la oferta gastronómica fue tan variada como deliciosa, y acompañó perfectamente la rica propuesta cultural del evento.

Con todo esto, Vibra Perú 5 ha demostrado ser el mejor festival del país, reuniendo a miles de peruanos de todas las regiones para celebrar nuestra música, gastronomía y cultura en un recinto que invitó a sentirse orgullosos de ser peruanos. ¡Nos vemos en la próxima edición!