Rubén Domínguez marcó un antes y un después en su carrera el pasado 28 de diciembre, cuando, con un impresionante 8 de 10 en triples, igualó el récord individual del Bilbao Basket y firmó 35 puntos, la mejor marca en la historia del club. «Ese partido fue una recompensa al trabajo diario. No fue un ‘ya lo he conseguido y me relajo’, sino todo lo contrario. Me dio más confianza para soltarme la muñeca y los brazos. Me ha ayudado mucho», confesó.

El impacto de esa actuación no solo ha cambiado la atención de las defensas rivales, que ahora están más pendientes de él, sino también la dinámica de su propio equipo, con compañeros que buscan más a Domínguez como referente ofensivo.

Domínguez destaca que la creciente importancia del tiro exterior en el baloncesto actual le favorece: «Hay equipos que ya tiran más triples que dobles. Ese juego rápido de transiciones y posesiones rápidas me ayuda. Creo que puedo hacer una gran carrera en la ACB», afirmó.

El próximo compromiso será contra el Unicaja, el club donde se formó y al que guarda un «cariño especial». «Fue mi casa desde que era muy pequeño y me alegra que estén peleando tan arriba», comentó el gaditano.

Con ambición, Domínguez no oculta su deseo de progresar: «Como todo jugador, uno de mis objetivos es en el futuro poder jugar en un equipo así de grande en la mejor liga de Europa.»

Su proyección y confianza lo perfilan como una de las grandes promesas del baloncesto español.