En un partido emocionante y muy esperado, los Oklahoma City Thunder se impusieron a los Dallas Mavericks con un marcador de 118-104. La victoria de los locales se debió en gran medida a su intensa defensa, que logró asfixiar a Luka Doncic y desconectar al ataque de los Mavs en general.
Desde el principio, los Thunder salieron a la pista con un plan claro: asfixiar a Doncic y forzar pérdidas. Lu Dort, Alex Carusso y Cason Wallace se encargaron de no dejar respirar al genio esloveno, que no tuvo un buen día y se vio limitado en su juego. Al descanso, Doncic solo había anotado 2 puntos con un 1/7 en tiros, su peor anotación en una primera mitad desde su año rookie.
Mientras tanto, Shai Gilgeous-Alexander lideraba a los Thunder con 18 puntos y ejercía de líder de un equipo que funcionaba como un reloj. Los locales también sorprendieron con su capacidad para tirar desde fuera, lanzando 50 triples y metiendo 20 (40% de acierto).
La baja de PJ Washington se notó en todo, en ataque y en defensa. Los Thunder ganaron la estadística del rebote 52-44, con 17 ofensivos, gracias en gran medida a Isaiah Hartenstein, que acabó con 13 rebotes y 10 puntos.
La intensidad defensiva general de los Thunder también fue clave para desconectar al ataque de los Mavs, provocando 19 balones perdidos que se tradujeron en 36 puntos para Oklahoma. El remate para Dallas llegó en el tercer cuarto, cuando los locales se llevaron un parcial de 13-2 y se distanciaron en el marcador.
Aunque los Mavs tuvieron una reacción en el último cuarto, con dos triples seguidos de Kyrie Irving, no pudieron recuperar el terreno perdido. Doncic acabó con 16 puntos, 11 rebotes, 5 asistencias y 4 robos, pero con un 5/15 en tiros y 6 pérdidas. Los máximos anotadores de Dallas fueron Klay Thomson y Naji Marshall, con 19 puntos cada uno.
La victoria de los Thunder es un gran impulso para su temporada, mientras que los Mavs deben reflexionar sobre su juego y encontrar formas de mejorar su defensa y su ataque.