El circuito saudí LIV Golf, conocido por los millonarios contratos que ofreció desde su lanzamiento en 2022, parece haber entrado en una etapa de contención económica tras realizar inversiones masivas para atraer a las principales estrellas del golf mundial.

Desde su inicio, LIV desembolsó cifras exorbitantes para firmar a jugadores como Dustin Johnson, Phil Mickelson, Cameron Smith, Brooks Koepka y Bryson DeChambeau, quienes obtuvieron contratos entre 100 y 200 millones de dólares. Junto a ellos, veteranos como Ian Poulter, Sergio García y Patrick Reed también aseguraron importantes cheques, aunque menores que los de sus compañeros, pero significativamente superiores a lo que ganaban en el PGA Tour.

El fichaje de Jon Rahm fue el último gran movimiento del circuito, consolidándolo como su incorporación más costosa hasta la fecha. Sin embargo, parece que este será el último gran gasto por un tiempo, mientras el LIV Golf mantiene negociaciones con el PGA Tour para cerrar una posible alianza estratégica.

A pesar de los miles de millones invertidos, el LIV Golf aún no ha logrado generar el impacto mediático y deportivo que se esperaba. Además, surgen dudas sobre el futuro del circuito cuando los contratos de algunas de sus primeras estrellas expiren en 2026. Por ahora, el flujo de dinero desde Arabia Saudí parece haberse ralentizado, dejando incertidumbre sobre el rumbo que tomará el proyecto.