La tenista británica Emma Raducanu, de 22 años, vivió una situación aterradora durante su participación en el Campeonato de Tenis de Dubái al notar la presencia de un hombre que la ha estado acosando.
Según la WTA (Women’s Tennis Association), el sujeto ya se había acercado a la jugadora el lunes 17 de febrero con una actitud obsesiva. Sin embargo, la situación se tornó más alarmante cuando al día siguiente volvió a aparecer en las primeras filas del partido que Raducanu disputaba contra la checa Karolina Muchová.
Al reconocerlo, la británica entró en pánico, se dirigió al juez de silla y rompió en llanto mientras le explicaba la situación. Buscando seguridad, se refugió detrás del árbitro, quien inmediatamente alertó a los encargados de seguridad. El individuo fue retirado del recinto, pero el impacto emocional en la tenista era evidente. Su rival, Muchová, se acercó para consolarla antes de que el partido se reanudara. Finalmente, Raducanu cayó derrotada.
Tras el incidente, la WTA reafirmó su compromiso con la seguridad de sus jugadoras, asegurando que la integridad de las tenistas es su máxima prioridad y que trabajan con los torneos para implementar mejores prácticas en eventos deportivos.
Este no es el primer episodio de acoso que enfrenta la campeona del US Open 2021. En 2022, un hombre llamado Amrit Magar fue declarado culpable de perseguirla y dejarle regalos extraños, incluso robando un zapato de su padre. Como resultado, recibió una orden de restricción de cinco años. En aquella ocasión, Raducanu confesó que la experiencia la dejó sintiéndose vulnerable en su propio hogar.
El caso de Dubái vuelve a poner en el centro del debate la seguridad de los deportistas y la necesidad de medidas más estrictas para protegerlos de situaciones de acoso.