El 1 de diciembre se celebra el Día Mundial del SIDA una enfermedad que fue diagnosticada por primera vez hace 40 años. En el 2014 el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA estableció metas para controlar la pandemia para el 2020 y terminarla para el 2030.
En el Perú, aunque entre el 2000 y 2021 la cantidad de infecciones se redujo en más de la mitad, quedan muchas tareas pendientes para alcanzar las metas trazadas. De acuerdo con cifras del Ministerio de Salud, en Perú se estima que 91 mil personas viven con VIH-SIDA, de las cuales 74,871 reciben tratamiento antirretroviral. Es decir, se estima que alrededor de 16 mil personas aun no acceden a tratamiento contra esta enfermedad que ataca el sistema inmunitario de la persona.
Mejorar la detección y tratamiento del VIH/SIDA en Perú resulta necesario para elevar la calidad de vida de los peruanos que padecen esta enfermedad y contribuir a poner fin a la pandemia del SIDA como una amenaza para la salud pública en el 2030.
Los países continúan fortaleciendo intervenciones para aumentar el acceso a servicios de VIH de calidad con el fin de lograr las denominadas metas 90-90-90, es decir que el 90 por ciento de las personas con VIH conozcan su diagnóstico, el 90 por ciento de las personas diagnosticadas reciban terapia antirretroviral y el 90 por ciento de personas con terapia antirretroviral alcancen la supresión de la carga viral, es decir que tengan VIH en sangre no detectable. Ante el avance de varios países, se establecieron metas aún más ambiciosas: llegar a 95-95-95 para el año 2030.
Un diagnóstico oportuno es clave, especialmente en jóvenes
En el 2017 el Ministerio de Salud estimaba que uno de cada cuatro infectados con VIH no sabía que tenía la infección. De acuerdo con reportes del MINSA, en el 2021 se continúan presentando limitaciones para la realización de los procesos de diagnóstico y seguimiento de los casos de infección por VIH.
Más de la mitad de las infecciones por VIH fueron identificados en personas entre los 20 y 34 años de edad, por lo que es recomendable que los jóvenes se hagan un descarte temprano de VIH. Cabe precisar que la infección afecta a ambos sexos, pero en una mayor proporción a los hombres: por cada tres hombres con el virus hay una mujer infectada.
De acuerdo a las cifras del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud, la gran mayoría de las infecciones por VIH se concentran en sólo 7 regiones del país. El 58% de infectados con el virus se ubica en Lima y Callao, mientras que Loreto, La Libertad, Arequipa, Ucayali e Ica suman el 21% de casos.
El Estado brinda gratuitamente medicamentos para el tratamiento de VIH/SIDA
Desde el 2004, el Estado garantiza el acceso universal y gratuito a los medicamentos antirretrovirales y para el tratamiento de VIH/SIDA.
Si bien hasta la fecha no existe cura para el SIDA, la terapia antirretroviral continua puede reducir significativamente el progreso de la enfermedad, evitar infecciones y complicaciones que las personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir.
Tomar los medicamentos para el VIH puede reducir la cantidad de virus que hay en la sangre a niveles muy bajos, lo que se denomina supresión viral. De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Salud, para el año 2017 en nuestro país el 53% de las personas con VIH logró la supresión viral
El contacto sexual sin preservativo es el principal factor de riesgo
Tener relaciones sexuales sin preservativo constituye un factor de riesgo relevante en nuestro país. El 98.4% de transmisiones entre los años 2020 y 2021 se produjo por contacto sexual mientras que la segunda forma de contagio fue la transmisión madre-niño con sólo el 1.38% de los casos.
Según los especialistas, el VIH se transmite a través del intercambio de fluidos corporales de la persona infectada como sangre, leche materna, semen o secreciones vaginales. Precisó que no es posible el contagio durante los contactos ordinarios cotidianos como los besos, abrazos o apretones de manos o por el hecho de compartir objetos personales, agua o alimentos.
Mencionó que otros factores y comportamientos de riesgo son padecer otra infección de transmisión sexual; compartir jeringas y otros materiales para consumir drogas inyectables; recibir inyecciones o transfusiones sin las medidas de seguridad correspondientes, someterse a procedimientos médicos que impliquen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado; entre otros.