Un estudio realizado por la Universidad de Valencia y por DENTAID Research Center, publicado en Journal of Oral Microbiology, permite visualizar por primera vez el estallido de la membrana del virus SARS-CoV-2 al entrar en contacto con el Cloruro de Cetilpiridinio (CPC), compuesto químico presente en algunos enjuagues bucales.

Se ha demostrado que el virus del SARS-CoV-2 posee una fuerte afinidad por los tejidos bucales y se replica activamente en las glándulas salivales, por este motivo es que la saliva de los individuos infectados, normalmente, posee una alta carga de este virus. Esto sugiere que la reducción de la carga viral en la boca podría ser una estrategia para reducir su propagación. En este sentido, varios estudios han demostrado que algunos enjuagues bucales poseen la capacidad de inactivar algunos virus que son transmitidos por el aire, tales como el virus de la gripe, algunos coronavirus e incluso SARS-CoV-2.

Actualmente, numerosas sociedades odontológicas han recomendado el uso de enjuagues bucales con CPC para ayudar a disminuir el riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 en la consulta dental. Ahora, el estudio firmado por los investigadores de DENTAID Research Center, el Dr. Manuel Bañó y el Dr. Rubén León, y por un grupo de investigación del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Valencia, encabezado por el profesor y Dr. Ismael Mingarro, completa estas investigaciones. Los resultados de este estudio demuestran que la acción antiviral del CPC se produce gracias a su capacidad para romper la membrana del SARS-CoV-2 y, tal como se ha demostrado en otros estudios, tendría como consecuencia que el virus disminuye su capacidad para infectar las células humanas.

En el estudio se generaron partículas pseudovirales (VLP) que mimetizan al virus del SARS-CoV-2. Como indica el profesor Dr. Ismael Mingarro, estas partículas contienen las cuatro proteínas estructurales del virus y tienen el tamaño y la morfología de las partículas víricas del SARS-CoV-2. Las VLP generadas fueron tratadas con CPC y se observó cómo aquellas que habían estado en contacto con el CPC eran disgregadas. “La disgregación se observó utilizando técnicas de microscopía electrónica, donde se pudo demostrar cómo estas partículas estallan al entrar en contacto con el CPC”, apunta el profesor Dr. Ismael Mingarro.

Además, los resultados demuestran que el CPC disminuye significativamente la integridad de las VLP de SARS-CoV-2 a una concentración tan baja como el 0,05%. “Estos resultados corroboran el mecanismo de acción por el cual el Cloruro de Cetilpiridinio (CPC) actuaría sobre la membrana del SARS-CoV-2, produciendo su degradación”, ha explicado el Dr. Manuel Bañó, investigador de DENTAID Research Center.

El CPC es un ingrediente clave en muchos enjuagues bucales que funciona como un antiséptico que elimina las bacterias y otros microorganismos, como los virus. Una de las características claves del CPC es su estructura única que puede degradar membranas virales, lo que le permite ser activo frente a un grupo diverso de virus con envoltura (como influenza o herpes virus).

Estos resultados ayudan a confirmar el mecanismo por el cual el CPC actúa sobre SARS-CoV-2, es a través de la degradación de su membrana o envuelta. Una confirmación más que indica que se deben ampliar los estudios en la búsqueda de potenciales tratamientos donde los colutorios puedan cumplir un papel en la lucha contra el SARS-CoV-2.

“Este trabajo explica el mecanismo por el cual el CPC puede degradar la membrana del SARS-CoV-2, y es importante porque sienta las bases para futuros experimentos en los que demostrar que el uso de colutorios es una estrategia complementaria para evitar la transmisión de enfermedades infecciosas respiratorias transmitidas por virus como la gripe o COVID-19”, ha añadido el Dr. Bañó.