El 13 de noviembre de 1982, el Caesars Palace de Las Vegas fue testigo de una de las peleas más impactantes en la historia del boxeo. Ray Mancini y Deuk Koo Kim protagonizaron un combate por el título de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en la categoría de las 135 libras, que terminó en tragedia y provocó cambios fundamentales en el reglamento del deporte.

El enfrentamiento fue intenso, con ambos peleadores intercambiando golpes en la corta distancia. Kim mostró resistencia, incluso tras caer en el 12° asalto. Sin embargo, en el 14°, agotado y golpeado, recibió un brutal gancho de izquierda de Mancini que lo dejó inconsciente. Su cabeza rebotó en la lona y, aunque intentó levantarse, el árbitro Richard Green detuvo la pelea.

Las consecuencias fueron devastadoras. Kim sufrió un grave hematoma cerebral y, pese a ser operado, falleció cuatro días después. Este trágico suceso llevó al Consejo Mundial de Boxeo a reducir las peleas de campeonato de 15 a 12 asaltos y a implementar la cuenta de seguridad de ocho segundos. Además, se establecieron exámenes médicos más rigurosos, incluyendo resonancias magnéticas y evaluaciones cardiopulmonares.

Como un oscuro presagio, Kim había escrito “Matar o morir” en la lámpara de su habitación de hotel antes del combate. Su historia marcó un antes y un después en el boxeo, dejando una huella imborrable en el deporte.