Más de 180 mil dólares es el monto que la FPV (Federación Peruana de Vóley) debe al ex entrenador de la selección peruana Luisomar de Moura y la FIVB (Federación internacional de voleibol) exige se le pague. Además de los 7 millones de soles por las remodelaciones del coliseo Dibos, de Trujillo y de Arequipa para el Mundial juvenil de Vóley de 1991 donde se contrató al arquitecto Cesar Díaz y luego presentó un juicio en el fuero civil por no ser remunerado.
Sin embargo el 23 de setiembre, según Esdras Medina, presidente de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte, comentó: “Hemos recibido la buena noticia desde Palacio de Gobierno indicándonos que van a apoyar al vóley nacional. Desde Arequipa, un agradecimiento al Ejecutivo y también a la federación, porque todos los peruanos hemos gozado por muchos momentos los laureles que nos han regalado nuestras deportistas. Es realmente una grata noticia previo al Día de la Juventud”.
Mientras el problema continúa las voleibolistas tiene sus emprendimientos de ropa, café u organizan rifas para cubrir sus pasajes y gastos alternativos. Es el caso de Esmeralda Sánchez oriunda de Iquitos quien se pone a repartir los fines de semana o manda movilidad para que el producto llegue a las ubicaciones de los clientes.
Gino Vegas asegura que se pidió la revisión del expediente en una instancia judicial del FIVB. Una vez realizada el pedido se procederá a pagar unos derechos por tal revisión. Esto ha hecho que se flexibilice la fecha límite del 1 de setiembre con lo cual la deuda será tolerada por un tiempo.
En conclusión, la liga peruana de vóley por su historia merece un trato más conjunto y de inversión planificadora y en el contexto actual hacer reajustes económicos para cumplir con el reglamento de las instituciones internacionales. En tanto, esto incentivará a que los auspiciadores inviertan más en el deporte. Además se regularía los derechos de las voleibolistas.