Durante la pandemia por el COVID-19, han aumentado consultas de pacientes con insomnio, el insomnio muchas veces es un síntoma aislado, pero también es un síntoma dentro de algún otro trastorno, como la depresión, la ansiedad, que si no es tratado a tiempo puede llevar al paciente a desarrollar ideas suicidas o hasta intentar quitarse la vida.

La psiquiatra Angela Podestá Ampuero, del Hospital Almenara de Essalud indica “hay ciertos factores que aumentan los problemas del sueño, durante la pandemia se ha visto que el miedo al contagio, la preocupación por un familiar enfermo ha incrementado estos problemas, hay sensación de ansiedad y no se puede conciliar el sueño de manera adecuada”.

“La primera fase del insomnio es el problema de conciliar el sueño, la persona no puede dormir a pesar de estar en cama durante varios minutos durante horas. Luego está el insomnio de mantenimiento, es decir que la persona no logra mantener el sueño, se despierta constantemente durante toda la noche y así perjudica la calidad del sueño, y al día siguiente hay problemas de somnolencia”.

Podestá comenta que otro factor que predispone a padecer de insomnio es la falta de actividad física, la exposición prolongada a las pantallas, los celulares, las computadoras y el trabajar en la cama también. “La prevalencia ha aumentado de un 10% a un 15% entonces es importante identificar los problemas del sueño porque a veces son temas aislados y de perpetuarse puede llevar al desarrollo de síntomas depresivos mayores o algún otro problema mayor”.

Recomendaciones

Es importante reservar el cuarto y la cama solo para dormir, evitar el estudio u otras actividades en el cuarto, para tener un ambiente que propicie la calma la serenidad en el lugar donde se va a dormir.

Evitar las pantallas, como el celular o la computadora, las horas previas a dormir. Evitar las siestas durante el día, las bebidas con cafeína después del almuerzo ayudan a perpetuar el insomnio, no ingerir bebidas alcohólicas antes de dormir.

Tener una rutina adecuada, tratar que sea siempre a la misma hora. Hacer ejercicio regularmente y realizar actividades de relajación.

Si se está en cama más de 40 minutos y no se puede dormir, es recomendable pararse a hacer alguna actividad y después volver a intentar.

Evitar conciliar el sueño con sensación de hambre, al igual, no ingerir comidas de aumenten el reflujo antes de dormir como café o chocolate.