Desde hace más de 1 año, nuestro país viene atravesando una situación bastante diferente a la que estábamos acostumbrados; donde el confinamiento, trabajo virtual y la alta exposición a pantallas son parte de nuestra rutina diaria. Según las cifras de Comscore (2020), los peruanos emplean un promedio de 25 horas mensuales online, cifra que supera a países como Chile y Colombia.

Es así, que encontramos en esta nueva modalidad un sinfín de actividades nuevas, reuniones de trabajo frente a la laptop, video llamadas a nuestros seres queridos a través del celular y otros dispositivos como tabletas, televisores y lámparas que se encuentran encendidos la mayor cantidad del tiempo. Debido la exposición, nuestra piel se encuentra más propensa a sufrir los efectos de las luces artificiales.

“Existen varios tipos de luces artificiales, como la luz infrarroja, la luz invisible y la luz azul, que afectan el bienestar de las personas. Sin embargo, la luz azul es de las que más despierta interés hoy en día porque es a la que más se encuentran expuestas los adultos durante el día debido al uso frecuente de pantallas de computador, celular y luces artificiales. La manera como la luz azul afecta la piel es muy similar a como lo hacen los rayos UV: penetran profundamente lo que causa efectos en la dermis e, incluso, en el ADN, debido a la formación de radicales libres”, comenta Alicia Peralta, Responsable del Negocio de Químicos para el Cuidado Personal de BASF Peruana.

De acuerdo con la especialista, son precisamente estos tiempos donde más se debe proteger la salud de la piel por lo que recomienda hacer uso de todas las herramientas a nuestro alcance para no exponer nuestra dermis a estas luces que pueden ser contraproducentes en el largo plazo. Además, recalcó que es importante reconocer a qué tipo de luz y rayos estamos expuestos diariamente e identificar los efectos que estos pueden tener en nuestra piel y salud para tomar las medidas proactivas

Según estudios de investigaciones dermatológicas, la luz azul podría causar hiperpigmentación en pieles oscuras, lo que afecta su color y aspecto. Además, incrementa la posibilidad de aparición temprana de signos de envejecimiento, promueve la aparición de arrugas, y la pérdida de firmeza de la piel. Ante esta situación, BASF, multinacional alemana, ha creado soluciones que protegen la piel de estos efectos nocivos que puedan generarse sin que las personas se den cuenta.

A medida que los consumidores han comenzado a entender la importancia de la protección para prevenir arrugas como complemento de su rutina de belleza, la protección contra las diferentes fuentes de luz ha ganado más relevancia en la industria cosmética. Productos de BASF como el Arganyl®, un producto que se extrae de la hoja de argán y que es mezclado en aceites hidratantes y el Ciste’M®, un extracto de ládano (rockrose), conocida como la Fénix Vegetal, que protege el ADN de las células de la piel de los efectos de la exposición a los rayos UVA, UVB y luz visible, son algunas de las soluciones químicas que tiene BASF para proteger la dermis de las personas, evitar los efectos nocivos generados por la luz azul, acelerar la renovación celular en hasta un 17% y reducir la profundidad de las arrugas en un 9 %..

Finalmente, el DN-Age es un bioactivo que viene de la hoja de mata-pasto (Senna alata – candle busch) utilizado en productos anti envejecimiento y de protección solar que ofrece una protección amplia al ADN celular contra UVA, UVB y luz azul.