En un contexto donde las deudas comerciales son una constante y muchos proveedores ven frustrados sus intentos por cobrar lo que les corresponde, el estudio Rodríguez Abogados & Asociados ha identificado los pasos clave para enfrentar esta situación de forma legal y efectiva. A diario, reciben consultas de personas naturales y empresas que, a pesar de haber cumplido con sus obligaciones, no logran que les paguen a tiempo —o simplemente no les pagan.

Desde su experiencia en procesos de recuperación de deuda, recomiendan seguir tres pasos fundamentales para exigir el cumplimiento del pago:

1. Requerimiento de pago:
El primer paso es comunicar formalmente a la empresa deudora su obligación de cancelar la deuda. Esto se hace, por lo general, mediante una carta notarial, que tiene un valor legal importante. No es solo un aviso, sino una constancia de que se ha intentado resolver el problema de forma directa, lo cual puede ser clave si el conflicto escala.

2. Proceso de conciliación:
Si la carta notarial no da resultados, el siguiente paso es iniciar un proceso de conciliación. Para ello, se debe acudir a un centro de conciliación y solicitar que un conciliador convoque a ambas partes a una audiencia. En esta etapa, se busca que el deudor proponga una fórmula de pago, ya sea en cuotas o en un solo monto y que ambas partes lleguen a un acuerdo.

3. Vía judicial:
Cuando ni el requerimiento ni la conciliación prosperan, y si no existe una cláusula arbitral en el contrato, la única opción restante es acudir al Poder Judicial. Se presenta una demanda formal solicitando al juez que ordene el pago del monto adeudado. Aunque este proceso puede ser más largo, muchas veces es la única vía efectiva para recuperar lo que corresponde.

Rodríguez Abogados & Asociados enfatiza que estas medidas, si bien pueden parecer complejas, son fundamentales para proteger los intereses de quienes han cumplido con su parte del trato. Además, recuerdan que contar con asesoría legal desde el inicio puede evitar errores de forma o fondo que compliquen el proceso de cobro.

En un entorno donde la informalidad sigue siendo un obstáculo, entender y aplicar correctamente estas herramientas legales es esencial. Porque exigir lo justo no solo es un derecho: es parte de construir relaciones comerciales más responsables y transparentes.