Lima.- Trasladar parte o la totalidad del trabajo fuera de la oficina ha sido una tendencia en alza desde las últimas dos décadas; la pandemia solo aceleró un proceso que ya estaba en marcha. Según Social Geek, el trabajo remoto en América Latina ha crecido en la era digital, siendo Brasil, el país número uno en implementar esta forma de laborar desde hace más de dos décadas. En esa línea, el monográfico ‘Espacios sanos para vivir y trabajar’, de ESDESIGN Escuela Superior de Diseño de Barcelona, desvela algunas tendencias de cómo se están adaptando las familias a estos retos.
“Las zonas de trabajo deberían disfrutar de las mejores condiciones espaciales disponibles, pero también es así para el resto de dinámicas del hogar. Por lo tanto, nos encontramos básicamente con dos soluciones: o los espacios son adaptables para realizar diferentes funciones en diferentes horas y días de la semana; o, si es posible, designaremos un lugar específico -idealmente una habitación-, un espacio íntimo y de concentración, como lugar de trabajo”, expresó Enzo Vignolo, Docente de ESEDSIGN y autor del monográfico.
Asimismo, el experto comparte seis recomendaciones a tener en cuenta si se desea que los ambientes de vivienda y trabajo sirvan para ser sitios de concentración, reunión, intercambio, espacios para activar la creatividad, relajación y hasta permitan el movimiento, llevando a una versatilidad que incorpore un amplio abanico de estados corporales y mentales para trabajar.
- Variabilidad en los espacios de trabajo: Si pensamos nuestra vivienda en relación a las posibilidades de actividad y movimiento que ofrece, podemos determinar en cada zona algunas características claves. Así, es imprescindible buscar en el exterior espacios para la lectura, el estudio, contestar mails o realizar trabajos puntuales e incluso tener reuniones, todo con la libertad que nos ofrecen los dispositivos electrónicos. El uso de terrazas, balcones y azoteas permiten descansar la vista, cambiar la sensación térmica y generar sensación de variabilidad. Lugares que por lo demás, se han visto altamente revalorizados en el mercado inmobiliario en este período.
- Versatilidad, transformabilidad y modulación: Una de las claves para el funcionamiento versátil del espacio de trabajo es el almacenaje. Para que los cambios en el espacio interior sean factibles se debe tener un mobiliario de almacenaje eficiente en relación al trabajo. Una opción es crear cajones de almacenaje eficaz que organicen y liberen espacio para reorganizar el mobiliario según la necesidad. Elementos ligeros, eficientes, que se integren en la estética del lugar generando sensación de orden y con ello descanso visual.
- Mobiliario nómada y adaptativo: Un espacio puede ser mucho más dinámico, amplio y versátil gracias al mobiliario transformable, que facilita funciones muy distintas en un mismo espacio. El gran ejemplo es el sofá cama, que ofrece un nuevo lugar de trabajo simplemente plegando o abatiendo. Por suerte, el mobiliario transformable es cada vez más estético y eficaz, ya que sólo si las transformaciones son sencillas y rápidas podrán ser realmente útiles.
- Las posturas, ergonomía integral: El ser humano no está diseñado para estar sentado mucho tiempo, y el trabajo de oficina se beneficia de la variación de posturas. El sofá (con la ayuda de cojines que cuiden la curva lumbar y cervical) puede ser un buen lugar para leer, la butaca para contestar mails, la cocina para revisar o planificar (la altura de los mesones de cocina nos facilita permanecer de pie durante algún tiempo, especialmente si podemos colocar el ordenador a una altura adecuada para los ojos). El trabajo en pie o en posturas intermedias durante algunos ratos nos permite variación y movimiento, descomprimen las piernas y activan la circulación.
- Calidad ambiental: Es óptimo trabajar cerca de la luz natural, pero también se puede mejorar el entorno aumentando la variación de los tipos de iluminación artificial para crear diferentes atmósferas lumínicas según la actividad. Diversas configuraciones de luces, tanto operativas, como de entorno, funcionan no solo para diferentes estados de ánimo, también para diferentes actividades, incorporando una sensación de complejidad y variación en el lugar en el que se pasan tantas horas. Si se dispone de los recursos necesarios es bueno considerar aumentar el volumen y la calidad del aire con opciones como la extracción de falsos techos, siempre que no afecten condicionantes térmicas o acústicas. Un buen volumen de aire ayudará en todos los procesos cognitivos.
- Los patrones biofílicos: La incorporación de estímulos auditivos, táctiles y olfativos, cambios sutiles de temperatura y humedad relativa, variación de la intensidad de luz y sombra, conciencia de los procesos naturales estacionales y temporales, referencias simbólicas de formas, texturas orgánicas y situaciones propias del paisaje natural como el refugio, la vigilancia y planificación, el misterio o riesgo, son algunas de las acciones que se establecen para diseñar interiores armónicos, sanos y en conexión con la naturaleza. Está comprobado que la incorporación de patrones biofílicos en los interiores mejora la creatividad y capacidad de raciocinio, además de mejorar la sensación de bienestar y con ello la salud.
El sentido de estos lugares venía propiciado por los estudios que abalaban la importancia de incrementar el bienestar de los trabajadores y -con ello- generar un aumento de la eficiencia y, por supuesto, de la rentabilidad. Esta relación entre bienestar y eficiencia es la guía para realizar este camino inverso que es la de poder al trabajar en casa. En la vorágine de generar rápidamente un espacio de trabajo en casa, posiblemente ha faltado una reflexión para optimizar la integración de esta nueva dinámica.