Se cree que el origen de la popular papa a la huancaína se remonta al siglo XIX, durante la construcción del Ferrocarril Central de Lima con destino a la ciudad de Huancayo. Ahí, un grupo de señoras huancaínas ofrecían un menú a los obreros en el que se incluía un plato a base de papa, queso y rocoto. Esta entrada se volvió muy popular en la comunidad y luego llegó a Lima, donde se reemplazó el rocoto por el ají amarillo y se siguió propagando su éxito a casi todo el Perú.

Hoy en día, es muy común ver la salsa servida no sólo sobre papas y huevo duro, sino también como acompañamiento en otros platos peruanos, como el arroz con pollo, o sobre pastas y con risotto. 

Por eso, El Bolivariano, restaurante clásico ubicado en Pueblo Libre, como parte de su misión de mantener vigente la antigua cocina peruana, ha creado el “Festival de la Huancaina” como una forma de homenajear a una salsa tan querida en el Perú y el mundo. 

El especial presenta más de diez platos, como fetuccini a la huancaina con langostinos, risotto a la huancaína con lomo saltado, spaghetti a la huancaína con lomo apanado y boliyucas rellenas de queso con huancaína. 

La fama de la huancaína también ha traspasado nuestras fronteras. Este año, el diario español El País publicó una nota titulada “Papas a la huancaína: el plato peruano para ir más allá del ceviche”, en el que el periodista Diego Domínguez menciona que “las papas son un vehículo más para llevarla -si bien es el más típico- pero puedes verterla por encima de cualquier cosa para que automáticamente se vuelva deliciosa”.