La campaña “Por una educación sin violencia ni racismo” lanzada por LUNDU en el Congreso de la República, contó con la participación de la congresista Susel Paredes; el director general de la Dirección de Calidad de la Gestión Escolar del Ministerio de Educación, Marco Antonio Flores Blas; el director general de la Dirección General de Niñas, Niños y Adolescentes del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, César Cárdenas Lizarbe y del director general de la Dirección de Derechos Humanos, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, Edgardo Gonzalo Rodríguez, quienes se comprometieron a fortalecer acciones para prevenir e identificar cómo el racismo es una de las causas comunes del bullying.

El evento fue apoyado por el despacho de la congresista Susel Paredes quien señaló: “Nuestra cultura usa la cabeza como un avestruz que se esconde y deja que el racismo avance, porque el Perú es un país racista y discriminador y hasta que nosotros no lo digamos claramente no vamos a poder solucionarlo”.

Asimismo, el director general de la Dirección de Calidad de la Gestión Escolar del Ministerio de Educación, Marco Antonio Flores Blas, afirmó que acoge la iniciativa de LUNDU para hacer modificaciones al Decreto Supremo 04 del 2018 del Ministerio de Educación para hacer un lucha aguerrida y frontal contra la discriminación, y así realmente lograr una educación sin violencia ni racismo, términos que no están claros en el decreto, pero que trabajando juntos en un objetivo mutuo podrán lograr desterrar la violencia de las aulas.

“Cabe recordar que gran parte de los casos de suicidios de niños por el bullying han sido a partir de situaciones racistas, sin embargo, en la Ley Antibullying y el Manual Sí se ve, no se habla del racismo con nombre propio, solo se hacen alusiones a discriminación por color o acento”, señaló Brenda Garay, vocera de LUNDU.

Uno de los aspectos centrales propuestos por LUNDU es la inclusión del racismo dentro de esta ley y del Manual. Este racismo en las escuelas, además cambia de acuerdo al género.

“Las niñas afrodescendientes suelen ser más sexualizadas debido al prejuicio racista, esto se expresa en el bullying que reciben de sus compañeros de clase, pero también de profesores”, señaló Ysabel Correa.

Mónica Carrillo, ex directora de LUNDU y autora de la investigación “Rostros de violencia, rostros de poder”, sostuvo que, en base a los 35 testimonios recogidos de mujeres afroperuanas de diversas regiones y estratos, el primer espacio donde sufrieron violencia sexista y racista fue la escuela, y se ha podido identificar que esta experiencia normaliza la violencia y condiciona a que acepten la violencia de género en sus relaciones de pareja.

“Además de las reformas legislativas y del manual, queremos involucrar al profesorado, estudiantes de educación, y escolares a partir de concursos de afiches virtuales y ensayos que además de hablar sobre el bullying, celebren la diversidad racial y cultural en las escuelas”, afirmó Ysabel Correa, representante de LUNDU.

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