Un ambiente totalmente deplorable, jabas sucias, agua empozada y pollos sacrificados reposando dentro de bolsas en el suelo y listos para ser repartidos en distintos puntos de Lima Norte, fue lo que encontró el personal del área de Fiscalización, Sanidad y Zoonosis de la Municipalidad de San Martín de Porres, y efectivos de la policía fiscal, durante un operativo inopinado a locales que tampoco contaban con documentación en regla. El alcalde Hernán Sifuentes puso fin a esta situación que ponía en peligro la salud de los vecinos.

“Estamos imponiendo el principio de autoridad y clausurando este tipo de locales que no solamente no cuentan con las medidas higiénicas del caso, sino que además no tienen la documentación necesaria para su funcionamiento”, indicó el alcalde Hernán Sifuentes.

El operativo se efectuó en un local de la cuadra 3 del jirón Antón Sánchez en cuya entrada se pudo ver excremento de las aves que son sacrificadas en el lugar. También se observó agua empozada a nivel elevado donde reposaban las vísceras de los pollos.

El ambiente también se caracterizaba por presentar plumas pegadas en las paredes y jabas, además de la presencia de hongos debido a la falta de aseo por todos lados. Los operarios no tenían el uniforme adecuado para realizar sus funciones y trabajaban cerca de un espacio que estaba destruido, e incluso, un perro convivía en ese ambiente paseándose entre vísceras y pollos muertos.

Los funcionarios municipales comprobaron que este local distribuía carne de pollo para su comercialización al público poniendo en grave riesgo la salud de todos los vecinos del distrito. El negocio fue clausurado por no contar con licencia de funcionamiento y por no tener el Certificado de Defensa Civil. Además, fue multado con 4 Unidades Impositivas Tributarias (UIT).

El otro inmueble intervenido se ubicó en el Programa Residencial «Los Ángeles de Santa Rosa». Al igual que el primero, no tenía licencia de funcionamiento ni certificado de Defensa Civil y recibió una multa de 4 UIT.

Personal de Sanidad y Zoonosis verificó que los pollos sacrificados estaban acondicionados en bolsas listos para ser comercializados en distintos puntos del distrito; sin embargo, yacían en el suelo muy cerca de agua ensangrentada en el piso por donde paseaba un perro.

En el lugar también se encontró latas de cervezas en el piso, un motocar en desuso, todo cubierto de tierra, lo que demuestra la falta de limpieza en la zona; además, de jabas sucias apiladas en el suelo donde eran colocados los pollos. Otro detalle que se vio fueron las excretas de las palomas que ensuciaban todos los objetos mientras que ellas reposaban en el techo.