A punta de piedras y palos, los vándalos llegaron hasta la vivienda del gobernador regional en la ciudad de Puerto Maldonado. Durante el ataque, aprovecharon que tan solo cuatro policías protegían el predio para intentar incendiarlo. Ante la situación, Otsuka manifestó que los guardias no contaban con ningún instrumento para poder defenderse.
Ante el caos y buscando la protección de su familia, no dudó en sacar un arma de alto alcance y realizar disparos al aire desde su segundo piso, con la finalidad de poder dispersar a la multitud que seguía atacando desde afuera.
Por su parte, Luis Otsuka resultó con heridas en el brazo y cabeza. Asimismo, hizo un llamado a quienes intenten arremeter nuevamente. “La próxima vez que vengan, sinceramente los voy a matar. Si la policía no lo hace, lo haré yo. Esta es la última vez que los perdono porque no es correcto que vengan a destrozar mi casa”, comentó.