El béisbol de la Major League Baseball (MLB) ha visto contratos astronómicos en los últimos años, desde los 700 millones de dólares que los Dodgers pagaron a Shohei Ohtani, hasta los 365 millones de Aaron Judge. Sin embargo, lo que han hecho los Mets en esta temporada baja no tiene precedentes.
Bajo la dirección de su multimillonario propietario Steve Cohen, el equipo de Nueva York ha desembolsado más de 1,000 millones de dólares en contrataciones, un movimiento que sacudió a la liga y envió un mensaje claro: los Mets van en serio.
El fichaje histórico de Juan Soto
Todo comenzó con un bombazo en el mercado de fichajes: Juan Soto firmó un contrato de 765 millones de dólares, convirtiéndose en el jugador mejor pagado en la historia del deporte profesional en Estados Unidos. Esta contratación no solo aseguró a uno de los mejores bateadores de la era moderna, sino que también fue una advertencia a la Liga Nacional y a los Yankees, su eterno rival.
Retención de Pete Alonso y el plan de Cohen
Además de Soto, el equipo logró retener a su slugger estrella, Pete Alonso, con un contrato de 54 millones de dólares. Desde que Cohen tomó el control de los Mets en 2020, ha dejado claro su objetivo: convertir al equipo en una dinastía y llevarse una o varias Series Mundiales.
Con una fortuna personal de más de 17 mil millones de dólares, Cohen está dispuesto a gastar sin límites. Su filosofía es clara: si los Yankees han construido su legado con grandes inversiones, los Mets también pueden hacerlo.
¿Un problema con el impuesto al lujo?
Este gasto desmedido también abre interrogantes. La MLB tiene un impuesto al lujo que penaliza a los equipos que sobrepasan los límites de gasto, y los Mets han sido reincidentes. Solo en penalizaciones, el equipo deberá pagar decenas de millones adicionales.
A pesar de esto, a Cohen parece no importarle. Su interés va más allá de un campeonato: quiere que los Mets se conviertan en la franquicia más atractiva de la MLB. ¿Será esta la fórmula para construir una nueva dinastía en el béisbol?