¡Cuidado! Un niño de ocho años resultó con quemaduras de segundo grado en ambas manos y parte del rostro tras la explosión de un insecticida en aerosol que fue lanzado cuando su padre quemaba basura. El menor recibe atención en el Servicio de Quemados y Cirugía Plástica del Instituto Nacional de Salud del Niño-Breña y también se le brinda apoyo psicológico, informó la doctora Marga Callupe, jefa encargada de dicha área.
Se trata del menor de iniciales J.G.O. (8), quien sufrió el accidente cuando acompañaba a su padre a quemar basura cerca de su domicilio en la urbanización La Candelaria, en Huaral. “Mi esposo salió a tirar la basura a un descampado y le dio por prenderle fuego. Entre los objetos había un aerosol de insecticida que al hacer contacto con el fuego explosionó. Mi niño se quemó porque estaba cerca. Mi esposo también fue afectado pero leve”, contó Sonia Ocaña (46), madre del niño.
El niño fue atendido inicialmente de emergencia en el Hospital San Juan de Huaral pero debido a que requería atención especial por quemaduras lo trasladaron hasta el INSN-Breña donde recibió el tratamiento respectivo, con el equipo de especialistas multidisciplinario de la institución.
Recomendaciones
Al respecto, la doctora Marga Callupe recomendó a los adultos que “primero no se debe quemar la basura porque se contamina el medio ambiente. Ningún tipo de basura debe ser quemada. Todo se deshecha en tachos de acuerdo al tipo de producto. Aquellos que son inflamables como los aerosoles, las baterías, las pilas, se deben tener el doble de cuidado. Evitar que acaben con la basura común y corriente porque son altamente explosivos porque es material inflamable. Se debe tener mucho cuidado en la manipulación y eliminación”.
También se refirió a los pomos con alcohol que por estos tiempos muchos suelen llevar colgado en el cuello o en el bolsillo de las prendas de vestir a que tengan bastante cuidado cuando estén cerca del fuego como es la cocina. “Si lo manipula un niño, que no mide las consecuencias de sus actos, comienza a utilizar el pomo cerca de la cocina podría ocasionar una quemadura accidentalmente. Hay que tener mucho cuidado con la manipulación de estos frascos. De preferencia utilizar el alcohol gel que es menos explosivo”, dijo la doctora Callupe.
Apoyo psicológico
Sonia Ocaña, madre del niño accidentando por la explosión del insecticida en aerosol, se mostró preocupada porque su hijo, pese a su corta edad, le comentó que sus amigos se iban a burlar por sus heridas en sus manos y en su cara. Sobre este tema la jefa encargada del Servicio de Quemados y Cirugía Plástica, precisó “que siempre se recomienda el apoyo psicológico. Es importante el tratamiento multidisciplinario con ayuda del psicólogo para el aporte necesario al menor a fin que pueda afrontar en el futuro las secuelas que puedan dejar las quemaduras. El hospital asume esta responsabilidad. Dentro del servicio de Quemados tenemos nutricionista, psicólogo, asistenta social”.
“En general, todos los niños que sufren quemaduras, estas ocasionan lesiones y esas lesiones cuando cicatrizan dejan marcas que se mantienen de por vida y eso es lo que preocupa a los padres. Los niños se miran al espejo. Sufren temas de discriminación, tema del bulling y su autoestima también se baja. Las manos y el rostro lo van a ver todos”, indicó la doctora.
“A todo padre le preocupa si la cicatriz se va a borrar. Lamentablemente, en un paciente quemado le va a quedar cicatriz. Estas mejoran con el tiempo pero no desaparecen, salvo aquellas quemaduras muy superficiales. Si el paciente es de piel blanca se esconde la cicatriz pero una persona de piel trigueña, mestiza, se notan las cicatrices. Hay que hacerle ese abordaje frente a la familia”, puntualizó.