Lima.- La dermatitis atópica es una enfermedad muy frecuente, que afecta la piel de niños pequeños y tiende a empeorar en época de invierno, donde los menores presentan las primeras manifestaciones. “Placas o heridas que comprometen la cara, mejillas, también las partes laterales de los brazos cuando se trata de un niño pequeño menor de un año, cuando esto ocurre en mayores de dos años el área que más se afecta es el cuello, parte ante cubital de los brazos, axilas y detrás de la rodilla, es decir en todos los pliegues”, detalló la Dra. Rosalía Ballona Chambergo, jefa del servicio de Dermatología del Instituto Nacional de Salud del Niño – Breña.

“No todo lo que vemos es dermatitis atópica hay que saberla reconocer”, aclara la especialista. Lo primero que se manifiesta es la sequedad de la piel que se muestra áspera, opaca y deshidratada, que al pasar la mano se siente rasposa y con esas características puede estar algún tiempo; posteriormente se agrava por factores externos y se desarrolla la enfermedad, manifestándose como heridas o lesiones (eccemas) en la piel. “Lo más importante aparte de la sequedad de la piel, es el prurito, que es una picazón muy intensa que altera la vida del niño; aun siendo pequeño, busca la manera de friccionarse (sobarse). El niño más grande se puede rascar y hacerse heridas muy fácilmente por la fuerza y la intensidad del rascado”, señala la dermatóloga pediatra.

La dermatitis atópica tiene un fondo hereditario, si en la familia hay antecedentes de asma, rinitis, o algún otro tipo de alergia. La atopía, es una manifestación alérgica exagerada y cuando se da en la piel se llama dermatitis atópica. El segundo factor importante es el ambiente, el clima frío produce una mayor resequedad de la piel, causando daño. Es importante tener en cuenta que los niños menores de dos años sudan exageradamente, los niños atópicos dos veces más, y el sudor que se deposita en la piel no es agua, es un tipo de sustancia que quema la piel, si lo abrigamos demasiado le va a quemar más y si no lo bañamos es peor. Esta enfermedad es más frecuente en niños menores de dos años, pero se puede presentar en cualquier edad, y a partir de los 12 años (adolescencia), esto tiende a disminuir.

Recomendaciones

La especialista indica que los pilares básicos para contrarrestar esta enfermedad son la limpieza y humectación de la piel. “La limpieza debe hacerse con aquellas sustancias que generan menos espuma, cuanto menos espumoso es el producto mucho mejor, por eso para los niños atópicos necesitamos los syndets (producto medicado), no los jabones. El jabón es una sustancia que forma mucha espuma, esa espuma se pega en la piel y va a sacar no solamente lo que está sucio sino también nuestra grasa, nuestras proteínas de la piel”, indica la Dra. Ballona Chambergo. Los syndets o sustitutos del jabón son los mejores porque tiene la capacidad de ayudar a reconstituir la piel dañada.

Asimismo, se debe valorar si el baño es diario o interdiario, todo desnudo en el agua o una limpieza con toallas; además, se debe tener en cuenta si el niño está pasando un proceso bronquial y la capacidad que tengan los familiares para el cuidado. Tras el baño se debe colocar una crema emoliente sobre la piel, ya que tienen un componente grasoso importante. Si la piel del niño es extremadamente seca se le pone a diario, si suda demasiado quizás interdiario o dos veces por semana, pero siempre baño y humectación van juntos. Además, usar ropa ligera de algodón, no abrigarlos en exceso para evitar la sudoración y permanecer en ambientes cómodos. Todo este proceso debe ser monitoreado por un dermatólogo pediatra. Cabe resaltar, que el servicio de Dermatología del INSN atiende todos los días, aún en esta pandemia, primero a través de la teleconsulta donde se evalúa al paciente y si se considera pertinente se agenda una consulta presencial.