Lima.- La pandemia del COVID-19 no solo está impactando en la salud y en la economía del país, sino también en el ambiente, debido al aumento de residuos hospitalarios y domiciliarios. Al respecto, el Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas, señaló la importancia del sector de residuos no solo para responder a la emergencia sanitaria, sino también para minimizar o evadir los impactos secundarios tanto en la salud de la población como en el medio ambiente.

Para Alberto Huiman, profesor de la carrera de Ingeniería en Gestión Ambiental de la Universidad ESAN, el Perú avanza a un ritmo lento en comparación con nuestros vecinos de la región, que han mejorado sus políticas en residuos sólidos con metas concretas, reevaluándolas, fortaleciéndolas y no retrocediendo en su implementación.

“Según cifras del Ministerio del Ambiente (MINAM), sólo en cuatro años nuestro país mostró un incremento de alrededor de 8% en la generación de residuos sólidos, es decir de 18 918 toneladas que generaba por día en el 2014 pasó a 20 437 en el 2018”, indicó el especialista.

Agregó que esto se debe a tres aspectos fundamentales. En primer lugar, al crecimiento económico y mayor consumo. Como segundo punto, mayor comercio sin políticas de minimización y reúso, y finalmente, a las nuevas costumbres poblacionales, como es el caso del empleo excesivo de empaques de un solo uso o medidas de protección ante la pandemia por el COVID-19.

Huiman, quien está certificado como experto internacional de residuos por la International Solid Waste Association (ISWA), enfatizó que esta situaciónafecta la calidad del aire, del suelo y del agua.

“No estamos midiendo el verdadero impacto que tiene el inadecuado manejo de residuos sólidos. El derecho constitucional a vivir en un ambiente sano y saludable se está trasgrediendo por los municipios”, puntualizó.

En ese sentido, el docente de la Universidad ESAN, recomendó que los gobiernos locales realicen una adecuada gestión sostenible de residuos sólidos de la siguiente manera:

  • Fortalecer el reciclaje inclusivo y con poblaciones vulnerables (modelo de Ate Vitarte).
  • Monitorear la implementación de los Planes Distritales de Manejo de Residuos Sólidos y alinearlos con el Plan Integral de Gestión Ambiental de Residuos Sólidos (PIGARS).
  • Fomentar la inversión en educación.
  • Fortalecer las capacidades para los funcionarios municipales con el fin de mejorar sus competencias, profesionalizando la especialidad.
  • Regularización de frecuencia y horarios del servicio de recolección domiciliaria de los residuos.
  • Erradicación progresiva de puntos críticos y botaderos.
  • Desinfección masiva para erradicación de vectores.
  • No más amnistía tributaria.
  • Facilidades de pago por servicios: fraccionamiento de deuda y canje de deuda por servicios; para generar cultura de pago.
  • Sostenibilidad del programa de segregación en la fuente y recolección selectiva.
  • Control y supervisión vecinal del servicio de limpieza pública.

Con respecto al papel que desempeña la empresa privada en cuanto a este tema, Huiman, dijo que tiene un rol fundamental, ya que el déficit en infraestructura de residuos es más o menos 5 mil millones de soles y el Estado tardaría muchos años para cubrirlo, y hay que tener en cuenta que tanto la exposición como el riesgo a enfermedades siempre es latente.

“Existen modalidades como obras por impuestos, alianzas público-privadas, o tercerización y privatización de los servicios, que son mecanismos que pueden ayudar a reducir la brecha. Para que esto se concrete, el sector privado debe asegurarse que recuperará la inversión que realice, es por eso que el Estado tiene que diseñar estrategias que mejoren la recaudación”, finalizó.