Ucrania se ha convertido hoy en el 178º Estado Miembro del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA). La membresía de Ucrania fue aprobada por el Consejo de Gobernadores del FIDA, su máxima autoridad en la toma de decisiones. El FIDA comenzó a discutir con Ucrania su adhesión en 2016, y la aprobación del Consejo de Gobernadores era uno de los últimos pasos esenciales del proceso.

“Estamos encantados de dar la bienvenida a Ucrania como nuevo miembro. Su membresía está perfectamente alineada con la misión del FIDA de asegurar que todas las personas rurales, especialmente los pequeños agricultores, sean incluidas y empoderadas”, dijo Álvaro Lario, Presidente del FIDA.

“Miembro fundador de las Naciones Unidas, Ucrania es reconocido como uno de los garantes de la seguridad alimentaria mundial y uno de los mayores productores agrícolas, y tiene mucho que aportar como miembro del FIDA”, dijo Yaroslav Melnyk, Embajador de Ucrania en Italia.

“Pese a la guerra, Ucrania sigue comprometida a contribuir a la seguridad alimentaria mundial para desactivar la crisis alimentaria y salvar a millones de personas del hambre”, añadió.

Desde el inicio de la guerra, hace casi un año, se calcula que el sector agrícola ucraniano, uno de los principales productores y exportadores mundiales de trigo, maíz y aceite de girasol, ha sufrido daños por valor de 2 200 millones de dólares. Las repercusiones de la guerra han sacudido los sistemas alimentarios y las cadenas de suministro mundiales. Los precios de los alimentos alcanzaron un máximo histórico en marzo de 2022 y se mantuvieron considerablemente más altos que en años anteriores.

Los elevados costes del combustible y los fertilizantes en 2022 dificultaron la producción de alimentos, y el aumento de precios obligó a muchos pequeños agricultores a elegir entre gastar sus limitados recursos financieros en comprar alimentos o plantar cultivos.

Los productores de alimentos a pequeña escala en los países pobres se encuentran entre los más afectados por la crisis alimentaria, la cual se ha visto agravada por los efectos persistentes de la pandemia, así como por la inflación mundial, el impacto del cambio climático y otras adversidades.

“El FIDA se creó para invertir en la población rural, para trabajar con ellos, empoderarles, inspirarles y darles voz. En las últimas décadas hemos aprendido qué es lo que funciona, y lo qué no”, dijo Lario. “Sabemos que nuestro enfoque de desarrollo centrado en las personas ofrece resultados, incluso en contextos frágiles y marginales, o lugares remotos”.

Pequeños agricultores en Ucrania

Aunque la mayor parte de las exportaciones de Ucrania proviene de grandes productores agrarios, cuatro millones de pequeños agricultores desempeñan un papel fundamental en la alimentación del país, especialmente ahora durante la guerra. Estos productores producen hasta el 80 % de los lácteos, frutas y verduras, garantizando la seguridad alimentaria.

El apoyo de los pequeños agricultores de Ucrania es también fundamental para los desplazados internos, muchos de los cuales se han trasladado desde zonas urbanas hacia zonas rurales para escapar de los combates. Al vender sus productos en los mercados locales, estos pequeños agricultores abastecen las cadenas locales de suministro y fortalecen la resiliencia de las comunidades rurales.

Se prevé que los pequeños productores de las provincias occidentales de Ucrania, donde ha habido un aumento significativo de la población debido a la guerra, necesitarán apoyo para satisfacer la mayor demanda de alimentos en esta zona del país.

Según un informe reciente de la FAO, muchos núcleos rurales se encuentran al borde de la pobreza, con un 44 % sobreviviendo con rentas por debajo del umbral mínimo de subsistencia, y 7 % sufriendo malnutrición. El sector agroalimentario es una fuente vital para los medios de vida de aproximadamente 13 millones de ucranianos que viven en zonas rurales.

Ucrania se integrará de forma plena en el FIDA en el próximo ciclo de financiación, que dará comienzo en 2025. Por el momento, el FIDA explorará modos de movilizar recursos para apoyar las prioridades de desarrollo rural ucranianas, entre las que se incluye la rehabilitación de infraestructura rural, actividades que ayudar a incrementar la productividad agrícola, mejorar la competitividad y generar empleos.