Lima.- Desde hoy, los pacientes con diagnóstico de diabetes que reciben hemodiálisis y diálisis peritoneal son vacunados contra la COVID-19, con el objetivo de reducir el alto riesgo de hospitalización y mortalidad de este grupo poblacional vulnerable frente a la pandemia, informó el Ministerio de Salud (Minsa).
El daño en los riñones es una complicación común en los pacientes diabéticos tipo 1 y tipo 2, especialmente aquellos que no llevan un control adecuado de la enfermedad, puesto que un elevado nivel de azúcar en la sangre daña los vasos sanguíneos, perjudicando a estos órganos encargados de eliminar los desechos del organismo a través de la orina.
El daño renal ocasionado por la diabetes se denomina nefropatía diabética, aproximadamente el 44% de los pacientes con nefropatía diabética se produce con el paso del tiempo por el mal control de la diabetes, y casi siempre se presenta en el organismo mucho antes de que aparezcan los síntomas.
En etapas posteriores, los signos y síntomas incluyen empeoramiento del control de la presión arterial, hinchazón de pies, tobillos, manos u ojos, aumento de la necesidad de orinar, confusión o dificultad para concentrarse, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, picazón constante y fatiga.
Las personas con diabetes deben someterse a pruebas periódicas para detectarla. Las pruebas incluyen un examen de orina y un análisis de sangre para controlar el nivel de creatinina (compuesto orgánico) en sangre. Estas pruebas verifican si los riñones están funcionando correctamente.
De no ser el caso, las opciones de tratamiento son la diálisis debido al fracaso funcional de los riñones o el trasplante de riñón.
Es posible prevenir o retrasar el progreso del daño renal o impedir que empeore a través del control de la diabetes y la presión arterial. Asimismo, es importante evitar las bebidas azucaradas gasificadas y comidas envasadas, que generalmente contienen mucha sal o en cuyas etiquetas nutricionales indican que son altos en sodio.
Esta es una buena medida para la diabetes y es muy importante para la enfermedad crónica de los riñones ya que con el tiempo estos órganos pierden la capacidad de controlar el equilibrio de sodio y agua, incrementando la presión arterial. Lo mejor es consumir alimentos frescos hechos en casa, realizar actividad física y mantener un peso saludable.