Lima.- La violencia contra la mujer es definida como cualquier acto violento basado en el género; que tiene como consecuencia daño físico, psicológico o sexual. A nivel mundial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 756 millones de mujeres han sufrido algún tipo de abuso, es decir, 1 de cada 3 mujeres. Asimismo, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú, 63 de cada 100 mujeres -entre 15 y 49 años- ha sido víctima de violencia alguna vez en su vida.

“Diariamente nos enteramos de hechos violentos hacia la mujer que, muchas veces, tienen desenlaces fatídicos. Si nos cuestionamos cuál es la génesis de esa violencia podremos encontrar que hay factores genéticos, familiares y sociales. Por ejemplo, si una persona vivió violencia en su hogar es muy probable que repita esta conducta en su propia familia, creando así un patrón violento que podría repetirse por generaciones”, explicó la Dra. María Elena Escuza, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad Norbert Wiener, en el Coloquio Internacional Multidisciplinario por la Paz organizado por la institución educativa.

En el caso puntual de violencia hacia la mujer por parte de sus parejas, la especialista nos brinda las siguientes características que forman parte del perfil psicológico de un abusador:

  1. Son personas que, en la mayoría de los casos, suelen provenir de familias en las que existió maltrato.

2. Suelen tener una conducta impulsiva, inmadura y violenta con tendencias depresivas.

3. Al inicio, suelen mostrarse como personas muy detallistas, cariñosas, pendientes y preocupadas. Luego esta conducta cambia radicalmente y da paso a una persona totalmente diferente con conductas posesivas y violentas.

4. Consideran que su pareja es de su propiedad y muestran descontento si ésta intenta tener vida social.

5. Trata de alejar a su pareja de su familia o amigos/as a fin de dejarla sin protección.

Además, Escuza señala que “una baja autoestima es tan nociva que otorga al abusador una mayor posibilidad de agredir a su víctima, llegando a hacerla pensar que merece este tipo de abuso para ser feliz. Ser una persona sumisa y dependiente es la entrada perfecta que necesitan este tipo de agresores”.

Para finalizar, la especialista hace hincapié en que este tipo de violencia se produce en parejas de cualquier clase social, en todas las culturas y en cualquier grupo de edad.