Los adolescentes viven rodeados de problemas reales: contaminación, falta de áreas verdes, movilidad difícil o poca conciencia sobre el uso del agua. Aunque estos desafíos parezcan enormes, los proyectos STEAM les muestran que sí pueden hacer algo desde su propio entorno, integrando ciencia, tecnología, ingeniería, arte y matemática en experiencias concretas, motivadoras y directamente relacionadas con su vida diaria.
«A diferencia de las tareas tradicionales, los proyectos STEAM no buscan memorizar, sino aplicar. Cuando un adolescente mide la calidad del agua de un parque, crea un prototipo para reducir el consumo energético o investiga por qué un barrio acumula basura, empieza a comprender ecuaciones, procesos biológicos, principios físicos y conceptos químicos desde la práctica. Las matemáticas dejan de ser abstractas, la química ya no es solo una lista de fórmulas, la biología se vuelve observable y la física se convierte en algo que se construye y se verifica.» señala Hugo Flores Liñán director del programa DIVIERTETE Y APRENDE de la UPCH
Este tipo de experiencias también les permite descubrir su vocación. Al interactuar con varias disciplinas al mismo tiempo, los jóvenes identifican aquello que realmente les apasiona: ingeniería, análisis de datos, diseño, biología ambiental, electrónica, creatividad aplicada o investigación científica. Para muchos, un solo proyecto es suficiente para visualizar con claridad un camino académico o profesional que antes parecía lejano o confuso. En cada proyecto también se desarrollan habilidades esenciales. La planificación surge al organizar materiales y tiempos; la comunicación mejora al presentar resultados; la tolerancia al error crece con cada intento fallido; y la colaboración se fortalece al debatir ideas y asumir distintos roles dentro del equipo. Además, herramientas como sensores, aplicaciones, robots, microscopios o inteligencia artificial vuelven la investigación más accesible, permitiendo que los estudiantes analicen datos reales y prueben hipótesis de forma autónoma.
Este aprendizaje es especialmente relevante en un mundo que evoluciona más rápido que nunca. La inteligencia artificial, la biotecnología, las energías renovables y la automatización ya son parte de la vida cotidiana, y con ellas surgen nuevas demandas profesionales. Hoy se necesitan jóvenes capaces de comprender microorganismos, analizar comportamientos sociales, integrar disciplinas y tomar decisiones con visión ética y humanista. Por eso, universidades como Harvard y Oxford impulsan modelos que combinan tecnología con antropología, historia, psicología y humanidades digitales para formar ciudadanos preparados para los retos del futuro.
Ante este panorama, los proyectos STEAM se convierten en una experiencia formativa clave. No solo enseñan a construir prototipos o analizar datos, sino que permiten relacionar ecuaciones con problemas reales, aplicar física al diseño de artefactos, usar química para estudiar el ambiente y comprender ciclos biológicos observando microorganismos. En este proceso, los jóvenes se convierten en pensadores críticos capaces de identificar desafíos, formular hipótesis, experimentar, fallar, corregir y comunicar resultados: capacidades que las universidades y el mundo laboral valoran incluso más que las calificaciones.
«Por eso, un verano dedicado a experiencias como las que promueve STEAM Cayetano no es un complemento educativo: es una inversión estratégica en el futuro. Los jóvenes que aprendan a resolver problemas con pensamiento científico, sensibilidad social y perspectiva humanista estarán equipados para liderar un mundo donde la innovación debe ir de la mano de la ética y la colaboración. Las carreras del futuro no dependerán solo de la tecnología, sino de quienes sean capaces de integrarla con una comprensión profunda del ser humano y del planeta» concluye el Coordinador de Diviértete y Aprende de Cayetano, el programa de educación STEAM pionero en este enfoque educativo
El curso Diviértete y Aprende abre los laboratoriosde Cayetano Heredia estas vacaciones a los escolares de primaria y secundaria con experiencias que van desde la biología, el cuerpo humano, la física, las reacciones químicas hasta la inteligencia artificial y la robótica dependiendo de la edad de cada estudiante.
