Profesores de generación. Sus abuelos maternos María y Pedro, y su abuela paterna Juana, dedicados toda su vida a la docencia, sembraron en Daniela Melissa Uehara Díaz, de 21 años, su primer acercamiento con aulas, pizarras y tizas. Diana y José, sus padres y economistas de profesión, también fueron maestros. Inspirada en ellos y con una vocación casi innata, Daniela eligió seguir ese apasionante camino de la educación y no se arrepiente. En la actualidad, ella, junto con un grupo de estudiantes, lidera el proyecto virtual ‘Atrévete a Leer’, que busca fomentar la lectura en los niños junto a sus padres o familiares; y mejorar, además, sus habilidades de comprensión lectora.

“Al principio mis papás no estaban convencidos de la carrera que había elegido. Decían que como profesora no me iban a pagar mucho y que la carrera no era muy valorada, pero quería continuar con mi verdadera vocación. Admiraba cómo enseñaban mis abuelos y su modelo me inspiraba a ser una educadora que deje huella. Con el paso del tiempo, como mis papás me vieron feliz, lo aceptaron. Ahora se alegran por cada logro que tengo”, cuenta la estudiante de octavo ciclo de Educación Primaria de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP). Agrega que sus abuelos María y Pedro, quienes viven en Chincha, se alejaron de la docencia por la pandemia.

En noviembre del 2019, Daniela, quien estudia becada por el Programa Nacional de Becas y Crédito Educativo (Pronabec) del Ministerio de Educación, inició el proyecto ‘Atrévete a Leer’ junto con Gabriela Romero, Margaretd Rivas, Rossmery Rojas, Joseph Contreras y Yomira Gúzman, los otros integrantes de su equipo, tras ganar el Educatón de la Facultad de Educación de su alma máter. Cuentan con el apoyo de los docentes Sylvana Valdivia, coordinadora de la iniciativa, y Julio Begazo, su asesor.

“Nuestra finalidad es crear espacios para que los niños, adolescentes, con sus padres o familiares puedan tener ese placer por la lectura, pero a la vez entender lo que leen. Al principio, teníamos planificado realizar talleres presenciales, pero la pandemia nos frenó”, indica. Ellos trataron de adaptarse a la nueva realidad y comenzaron a subir videos sobre narración de cuentos infantiles en Facebook, Instagram y YouTube. “Muchas páginas solo leen los cuentos, pero lo que nosotros hacemos es preguntar durante la lectura para generar una comprensión real del texto. También buscamos promover la lectura en familia, que cuando los niños vean el video, estén acompañados de un adulto y encuentren una oportunidad para leer y conversar sobre lo que se está leyendo”, dijo.

En las plataformas virtuales, los pequeños pueden disfrutar de cuentos adecuados a su contexto y con mensajes positivos y de esperanza, como “El dedo mágico”, “Hasta que podamos abrazarnos”, “El misterioso caso del oso”, “El cura que pierde sus carneros”, “El corazón y la botella” y “Miguel tiene un secreto”. Este último trata sobre la historia de un pingüino que descubre que no es malo ser diferente, ya que eso lo hace especial y único en su especie. Las lecturas están acompañadas de rutinas, como la escucha activa, la mirada atenta para que no se pierdan de ningún detalle de la historia y el compartir, que consiste transmitir el relato con personas cercanas.

“A veces se tiene en mente que el fomento a la lectura implica solo leer cuentos, pero no es así. Además, impulsamos otros tipos de lecturas, que muchos tienen en casa y que son accesibles, como un periódico o recetario” afirma Daniela, quien es chalaca de nacimiento y la mayor de dos hermanos.

Cree que la alfabetización es esencial para el crecimiento de cada persona. Por eso, para ella es clave promover la buena lectura y escritura. “Leer aporta al desarrollo de las personas, las hace libres y les abre los ojos a otras realidades, no solo a la nuestra. La lectura está inmersa en nuestra vida y debemos trabajar en esa comprensión de la lectura, que a veces parece complicada, pero no lo es”, reflexiona.

Como parte del proyecto, Daniela y su equipo participaron en el programa “Entre Maestros”, impulsado por la Municipalidad de Lima y la Dirección Académica de Responsabilidad Social de la PUCP, y capacitaron a cerca de 230 docentes de la capital y de otras regiones del país sobre estrategias de lectura y narración oral a través de las TIC. No es su único logro. Hace un mes ganó un concurso de innovación con su equipo “Emociónate +”, cuyo proyecto será financiado por su universidad, y permitirá la realización de talleres sobre autoconocimiento, desarrollo personal y proyecto de vida a estudiantes de ciclos menores de su casa de estudios.

En el 2017, la futura docente postuló a Arte en un momento de indecisión, pero se dio cuenta a tiempo que su verdadera vocación era ser profesora. “Lo que me gusta más de esta carrera es que podemos ser agentes de cambio para la sociedad. No solo buscamos que adquieran conocimientos, sino formamos un ciudadano activo, que aporte desde lo que más le guste, desde la música, las artes y las matemáticas. Sentir que vamos a formar integralmente a las personas es lo que más me emociona de ser educadora”, dice, muy convencida. Su meta es seguir cambiando vidas.