El American Airlines Center vivió una noche atípica en el primer partido de los Dallas Mavericks sin Luka Doncic. A pesar de la victoria por 116-105 sobre los Houston Rockets, el ambiente estuvo marcado por la nostalgia y la protesta de los aficionados, que aún no asimilan la salida de su máxima estrella.
Mensajes como «Nuestra cultura es Luka» y «Despedid a Nico Harrison y vended la franquicia» inundaron los alrededores del pabellón, reflejando el descontento con la directiva. La seguridad tuvo que reforzarse debido a las amenazas recibidas por el gerente general de los Mavs, ahora el hombre más odiado en Dallas.
En la cancha, Anthony Davis debutó con la camiseta de los Mavericks con una actuación imponente. En el primer cuarto ya sumaba 14 puntos y 8 rebotes, demostrando su intención de asumir el liderazgo. Su energía contagió al equipo, que salió con intensidad para demostrar que el proyecto sigue en pie.
Un día antes, Davis ya había anticipado la reacción de los aficionados. «Sé lo que significa Luka para esta franquicia. No me sorprende su reacción, pero mi trabajo es salir ahí y devolverles la esperanza», declaró en conferencia de prensa.
Dallas dominó desde el inicio, llegando a sacar una ventaja de 21 puntos en el segundo cuarto. Sin embargo, la victoria tuvo un sabor agridulce con las lesiones de PJ Washington y el propio Davis, quien no pudo terminar el partido.
El triunfo fue importante, pero quedó claro que en Dallas el vacío de Doncic sigue pesando.