Statista, portal estadístico internacional, en 2023, señala que América Latina alcanzó un porcentaje de paridad de género del 74,3% donde las mujeres latinoamericanas obtuvieron altos niveles de igualdad en el acceso a la educación y los niveles de estudio; sin embargo, aún persisten brechas significativas en campos tan esenciales como la salud.

Por ello, cada año, el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer (28 de mayo) se vuelve una fecha esencial para concientizar sobre el derecho al acceso a una salud de calidad en aspectos sexuales, mentales y reproductivos que toda niña, adolescente y mujer merece.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en la región de las Américas, las enfermedades cardiovasculares y las afecciones relacionadas con el cáncer son la segunda causa más frecuente de morbilidad y mortalidad, asimismo representan una base importante de las desigualdades en salud.

En este sentido, el cáncer de mama es el tipo de cáncer más común y la segunda causa de muerte por cáncer entre las mujeres de América. Cada año, en la región se producen más de 462,000 casos nuevos y casi 100,000 muertes por esta enfermedad. La falta de acceso, información y educación, así como el temor o estigma asociado, son los principales factores que impiden a las mujeres realizar los chequeos necesarios.

“La realidad del acceso a la salud para la mujer en Latinoamérica es un foco de atención constante en Auna. Creo que, como sector salud, aún tenemos mucho camino por recorrer. Este debe ser transitado con un enfoque transversal que involucre no solo al Estado y a los principales actores del sector privado, como los centros de salud y las aseguradoras, sino también a la sociedad civil, incluyendo organizaciones no gubernamentales, comunidades locales y grupos de defensa de derechos, comprometidos con la mejora social. Todo ello con el propósito de mejorar el acceso a salud a más mujeres en la región”, comentó Lucia Chipoco, gerente de Sostenibilidad y Comunicación Corporativa de Auna.

Es así como, en esta lucha en común, la especialista recomienda a las organizaciones sumarse a la causa con acciones que realmente pueden marcar la diferencia en el contexto actual:

1) Investigación científica y médica: enfocada en las necesidades específicas de salud y bienestar de las mujeres, ya que la mayoría de los estudios tienen una perspectiva masculina. Esto incluye colaboraciones con instituciones académicas locales, becas para estudiantes y programas internos de investigación. Por ejemplo, este año, como parte de las investigaciones realizadas por Auna Ideas, hub de innovación de Auna, se llevó a cabo un estudio en Perú sobre la percepción del cáncer de mama, encontrando que el 87% de los encuestados creía erróneamente que los golpes causaban cáncer. Asimismo, se realizó un ensayo clínico para evaluar dos tipos de exámenes comunes en la detección temprana del cáncer de mama e identificar cuál es el más efectivo para el tratamiento de dichas neoplasias.

2) Acceso a salud: implementar programas o acciones de acceso a salud para poblaciones de mujeres de bajos recursos. Desde 2023, por ejemplo, Auna lidera una campaña regional en Perú y México para la detección temprana del cáncer de mama, proporcionando mamografías gratuitas a mujeres en situación de vulnerabilidad y promoviendo la importancia de la detección a tiempo. Así, en colaboración con Techo y Cáritas, se han realizado cerca de 400 mamografías en Lima y Monterrey hasta mayo de 2024.

3) Promoción de la salud a través de educación e información: organizar espacios educativos sobre temas de salud y bienestar dirigidos a la sociedad civil, con el fin de fomentar hábitos saludables y aumentar la conciencia sobre la prevención de enfermedades. Como parte de su compromiso social, Auna ofrece estos espacios educativos con un enfoque especial en el cáncer de mama. Esta iniciativa ha llegado a más de 1200 personas en 2023, especialmente en zonas vulnerables de Perú, Colombia y México.

4) Atención médica con enfoque de género: promover procedimientos médicos que incluyan las necesidades, perspectivas y voz de las mujeres en sus tratamientos de salud. Esto implica la creación de clínicas especializadas para la atención integral de la mujer y la implementación de procedimientos, que aseguren que las decisiones y preferencias de las mujeres sean priorizadas y consideradas durante el proceso de parto.