Los niños dejan el pañal cuando han alcanzado cierta maduración neurológica, física y psicológica. Esto ocurre, en promedio, entre los 22 y 30 meses de edad.  En esta etapa los padres deben tener mucha paciencia; ya que educar el esfínter del pequeño es una tarea que demanda constancia y esfuerzo, según lo explica el doctor Eduardo Rodríguez Pilco, pediatra de la Clínica Ricardo Palma.

Para que esta tarea resulte llevadera es indispensable que el chiquitín muestre signos de estar preparado. Es decir, si da señales de incomodidad cuando el pañal está mojado o sucio, al cruzar las piernas, se toca su zona genital, se queda quieto o pasa más de 2 horas con el pañal seco y puede decir fácilmente su necesidad.

Al momento de enseñarle, es importante crear un ambiente relajado para mostrarle el bacín o baño (inodoro) de manera natural  y explicarle lo que debe hacer.

Motívelo a que se siente en el bacín para que lo reconozca y no lo vea como un objeto “extraño”.

Llévelo al inodoro todos los días, a la misma hora.

Pregúntele si siente ganas de orinar o defecar en forma recurrente durante el día. Así podrá advertirle de sus deseos fisiológicos.

Explíquele cómo hace sus necesidades en el baño y deje que esté presente para que aprenda por imitación.

Cuando el pequeño orine o defeque en el bacín, felicítelo por su logro.

TIEMPO DE APRENDIZAJE

Cada niño es diferente. No hay un tiempo exacto para que aprenda; sin embargo, el promedio es entre 1 y 2 semanas. Si el niño cumple 3 años y aún no logra controlar sus esfínteres durante el día, existe la posibilidad de que tenga problemas orgánicos como infección, obstrucción de las vías urinarias, trastorno del sueño o algún conflicto psicológico, por lo que se recomienda conversarlo con el pediatra. Solo un grupo reducido de pequeños tarda en controlar sus esfínteres hasta los 5 años.

Al respecto, el especialista señala que dejar el pañal no tiene una edad propicia. Este proceso natural no debe ser una carga para los padres ni para los chicos.

“Una vez que empiece a educar a su pequeño para que controle sus necesidades no se desespere ni se desanime; tenga paciencia, no lo regañe, al contrario, motívelo y aliéntelo. No hay receta mágica para lograr el éxito. Todos al final dejan de utilizar los pañales”, concluye el pediatra Rodríguez Pilco.