En los primeros ocho meses del año, los casos de síndrome de maltrato superaron a todos los ocurridos durante el 2020. El Ministerio de Salud (Minsa), a través de la Dirección de Salud Mental (Dsame), tiene registrado que entre enero y agosto del 2021 se atendieron en todos los servicios un total de 101 mil 668 casos contra los 99 mil 449 registrados el año anterior.
Vanessa Herrera, psiquiatra de la Dsame, señaló que la pandemia y sus secuelas han puesto en riesgo la salud mental y física de niñas, adolescentes y mujeres dentro de sus propios hogares. Agregó que parte importante de este número corresponde a casos preexistentes que recrudecieron por factores asociados a la pandemia como los problemas económicos, la pérdida de trabajo y el aislamiento social obligatorio.
“Sin embargo, observamos con preocupación un aumento significativo en las atenciones a ciertos segmentos de la población. Uno de ellos es el de adolescentes entre 12 y 16 años, ya que en el 2020 representaron el 15% de la cifra total y en lo que va del año esta proporción alcanza el 21%”, detalló la especialista.
Dijo también que otros grupos en situación de vulnerabilidad por violencia son las mujeres, niños, niñas y adolescentes de las comunidades originarias, afroperuanas y LGTBI, personas con discapacidad mental y migrantes que llegaron al país durante los últimos años. “El contexto social de estos segmentos cuenta, en muchos casos, con personas que pueden ejercer su poder sobre ellas. Este es el caso, por ejemplo, de mujeres violentadas que tienen que vivir con sus agresores”, indicó.
Este tipo de síndrome afecta el normal desempeño de las víctimas a través de la manifestación de secuelas como constantes pesadillas con el agresor, falta de sueño, tristeza, irritabilidad, ansiedad, pérdida de apetito, conducta suicida, problemas por consumo de alcohol u otras drogas, y otros que pueden convertirse en problemas más severos.
La especialista recomendó prestar atención a las señales de alerta que indican cuando un conflicto de pareja se convierte en agresión. “Un excesivo control de lo que la otra persona hace o deja de hacer, insultos, prohibiciones, minimizar la opinión de la pareja, restringir el acceso al dinero, exigir relaciones sexuales sin consenso o trato inadecuado son algunos de los signos a los de alarma”, añadió.
El Ministerio de Salud cuenta con 206 centros de salud mental comunitaria donde las víctimas de maltrato encontrarán ayuda. Asimismo, la línea 113 opción 5 ofrece consejería y guía para afrontar estas situaciones. “Solo el 15% busca ayuda profesional y otro tanto abandona el tratamiento porque creen que pueden resolver los problemas solos. Llamamos a las víctimas a buscar los servicios especializados que ofrece el Minsa, no están solas”, finalizó Herrera.