La Asociación Casa Ronald McDonald se acerca paso a paso a una de las metas que se ha propuesto para poder acoger a más niños, niñas y adolescentes que llegan a Lima desde todo el país a seguir tratamientos médicos por enfermedades complejas como el cáncer. Se trata de la ampliación de su Casa San Gabriel, en Surco, donde atiende a menores y sus familias, que siguen tratamiento en el Instituto Nacional del Niño de San Borja.
“Nuestra primera Casa Ronald McDonald en el Perú abrió sus puertas el 2014, en Jesús María, para acoger a menores que vienen a atenderse en el Hospital Rebagliati. Nuestra segunda casa es la de San Gabriel, que funciona en Surco desde mayo del 2017, con capacidad para albergar a 24 personas, que equivalen a 12 familias (un niño y un cuidador). Esta casa tiene un solo piso, pero ya hicimos los planos para hacerla crecer hasta un tercer piso. El presupuesto total para esa obra es de US$600 mil; con la colaboración de empresas que nos ayudan en la construcción y las campañas de recaudación que hemos hecho este año, en estos momentos nos faltan S/350 mil para hacer la ampliación”, explica Jonathan Rossi, director ejecutivo de la Asociación Casa Ronald McDonald Perú.
Una investigación realizada en junio pasado, indicó que la capacidad general de acogida de los albergues disponibles en Lima para estos casos es de 321 personas (160 familias). El déficit de alojamiento es bastante alto, con aproximadamente 37 “casos en espera” por mes: 37 familias que no pueden venir a Lima a seguir tratamientos médicos indispensables para sus menores hijos.
“Esta situación es uno de los factores principales para que la tasa de abandono de tratamiento del cáncer en nuestro país sea de las más altas de América Latina. Hasta el 2019 se proyectaba en alrededor del 18% y durante la pandemia se disparó hasta el 54%, es decir, más de la mitad de las familias habían parado temporal o definitivamente el tratamiento médico de sus hijos por dificultades económicas, problemas en la coordinación de las citas médicas con los hospitales en Lima, por la imposibilidad de movilizarse hacia Lima o no tener alojamiento. Con muchos esfuerzos, dentro de Casa Ronald McDonald hemos logrado reducir esa tasa al 13%, que todavía es un número alto”, señala Rossi.