La toxina botulínica, más conocida como botox, es una sustancia que favorece a la relajación de la musculatura facial y ayuda a prevenir la formación de arrugas o líneas de expresión que aparecen desde los 25 años.
La doctora Gilda Pérez, del Centro de Medicina Estética de la Clínica Ricardo Palma, nos comenta sobre esta técnica y por qué es tan solicitada por los pacientes para el rejuvenecimiento facial.
● La especialista recomienda realizarlo a partir de los 25 años. Sólo se requiere pasar por una evaluación previa para examinar el rostro y ver si existe alguna arruga sobre la piel.
● Mejora el aspecto de la piel. Los primeros resultados se pueden observar entre las 24 y 48 horas posteriores a la aplicación y los efectos definitivos en el rostro en los 10 días posteriores.
● Algunas consideraciones. Podría ocasionar pequeños hematomas transitorios producidos por la inyección, dolor en la zona tratada, cefalea (dolor de cabeza) o enrojecimiento de la piel.
● Repetir este procedimiento cada 6 meses. Es lo más recomendable, debido al tiempo estimado de duración de la toxina botulínica en nuestro organismo antes de absorberse por completo.
Por lo general, todas las personas son aptas para el procedimiento, a excepción de las embarazadas, mujeres en período de lactancia o pacientes con alguna enfermedad degenerativa muscular, que hayan presentado parálisis facial o algún otro trastorno neurológico. Este procedimiento es mínimamente invasivo, ambulatorio y puede aplicarse en cualquier época del año.