El Gobierno de Argentina explora y sospecha que pretenden conseguir la doble nacionalidad para sus hijos. Seis Rusas fueron retenidas esta semana en el aeropuerto de Ezeiza por considerarlas falsas turistas. Cabe resaltar, que Argentina es atractivo por el derecho inmediato a la nacionalidad a los nacidos en dicho país y por la facilidad para los padres para nacionalizarse. Sin embargo, las autoridades de migración advierten que el 70 % de las familias regresan a Rusia y dejan un gestor para tramitar el pasaporte argentino y poder viajar a Europa sin visa.

Desde que se inició el conflicto, en febrero de 2022, miles de ciudadanas rusas han viajado a Argentina para dar a luz, porque el país sudamericano no pide visa para ingresar y porque las madres pueden obtener una segunda ciudadanía para el niño no así para ellas.

“Es preciso señalar, que el problema es que llegan, tienen los hijos, los anotan como argentinos, dejan un poder y no vuelven más”, ha explicado la directora de Migraciones de Argentina, Florencia Carignano, al canal TN. Según ha declarado, 7.000 de esas rusas que ingresaron a dar a luz ya no están en Argentina.

Carignano también ha confirmado de que la Justicia está investigando a las bandas que están detrás” del flujo de mujeres embarazadas de esa nacionalidad que Argentina detectó a partir del agosto pasado.

“Todas vienen justo en la semana 33”, por lo que “hay un patrón de comportamiento que está investigando la Justicia”, ha agregado Carignano, quien ha detallado que son mujeres de alto poder adquisitivo que declararon que visitaban Argentina con agencias que les ofrecían paquetes turísticos.

El pasado 9 de febrero se identificó a 33 ciudadanas rusas embarazadas que querían entrar en el país, de las cuales tres fueron “inadmitidas”. Lo que, sumadas a otras tres detectadas en la víspera, elevó a seis la cifra de mujeres retenidas en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, a las afueras de la capital argentina.

El abogado de tres de las mujeres retenidas, Christian Rubilar, denuncia que sus clientas fueron víctimas de discriminación, ya que la policía migratoria dejó entrar al país a otras mujeres embarazadas que llegaron junto a sus parejas pero detuvo, en cambio, a aquellas que viajaban solas. “Parece que el criterio es que eran mujeres embarazadas sin un hombre, como si esto fuera un califato islámico. Se trata de una situación de discriminación y de violencia de género”, dice Rubilar a EL PAÍS. El abogado interpuso un habeas corpus para lograr la admisión de las ciudadanas rusas y garantizar que obtengan los cuidados médicos adecuados para su estado. Durante la noche que pasaron en el aeropuerto tuvieron que dormir sobre sillas y en el suelo, denuncia Rubilar.

Según la titular de Migraciones, en un primer momento sospecharon que podía tratarse de un delito de trata, por lo que realizaron más de 300 entrevistas a ciudadanas recién llegadas. Con esa hipótesis aparentemente descartada, la justicia investiga ahora quiénes están detrás de las bandas que se lucran con este “negocio millonario”.