Pocas cosas materiales tienen el poder de capturar un momento y preservarlo a través del tiempo como lo hace la joyería. Es común escuchar frases como «el collar del bautizo” o “el anillo de matrimonio», expresiones cotidianas que reflejan el poder que tiene una joya para transmitir una historia, pero a pesar de su significado muchos consideran que la joyería es un lujo demasiado costoso. Es por ello que cuando las hermanas Joanna, Elizabeth y Stephanie Meza decidieron crear su propia marca en 2017 estaban decididas a desmontar este mito, y así nació ADRIA.

Bajo la filosofía de lujo accesible, ADRIA trae al mercado peruano una nueva modalidad, ya popular en países europeos, que se aleja de la opulencia tradicional de la joyería y de lo perecedero del fast fashion, para ofrecer una gama de productos que se adecua a las necesidades modernas de quienes quieren invertir en piezas de alta calidad hechas en metales preciosos, como la plata de ley 925 y el oro de 18k, sin que esto les cueste grandes cantidades de dinero.

Como parte de esta oferta, ADRIA cuenta con diferentes líneas enfocadas en las distintas necesidades de sus clientes, que van desde las piezas más accesibles elaboradas en plata, hasta las más exclusivas hechas en oro y embellecidas con diamantes certificados. “Brindamos diversas opciones para acceder a piezas de lujo, por ejemplo, los adultos jóvenes pueden comenzar a invertir en joyas de plata bañadas en oro amarillo o rosado, pero con el paso del tiempo también pueden ir añadiendo a su colección piezas más exclusivas de nuestra línea en oro”, cuenta Stephanie.

ADRIA no solo presenta un concepto innovador para el rubro de la joyería a nivel nacional, sino que también trae consigo nuevos procesos para trabajar la plata. “Fuimos una de las primeras joyerías que presentó las tres propuestas de color para las joyas de plata, introduciendo el baño de oro rosado, dando así nuevas alternativas para la compra en este metal”, agrega Joanna Meza.

Las hermanas Meza no son ajenas al rubro, por el contrario forman parte de la tercera generación de una familia de artesanos metalúrgicos, “nuestra familia ha trabajado con la joyería durante dos generaciones, por lo que hemos podido aprender desde el lado más artesanal hasta el ámbito netamente comercial. Quisimos honrar el rubro que tanto nos ha dado, con una marca local que fuera moderna, versátil y con piezas que no se quedarán guardadas en el joyero, sino que más bien serán parte de la vida cotidiana de quien las usa”, comentan las fundadoras.

La exclusividad y el valor del tiempo

La accesibilidad no está peleada con la exclusividad, por el contrario, en ADRIA el valor del tiempo está reflejado en cada detalle. Desde la compra en cualquiera de sus puntos de venta hasta el momento de abrir el empaque de la marca, se convierten en una experiencia de emoción y delicadeza. “En nuestra trayectoria nos hemos encontrado con que el tiempo es un valor muy importante para nuestros clientes, por eso renovamos nuestra imagen con base a este valor, ya que sabemos que la elección de una joya es un momento único que marcará un recuerdo eterno”, señala Elizabeth.

En conjunto con la renovación de imagen por su cuarto aniversario, la firma decidió sumar un nuevo Showroom en San Isidro para así ofrecer una experiencia única de “private shopping” donde los visitantes podrán ver, comprar e incluso personalizar piezas en cuestión de minutos: una nueva forma de atención exclusiva que complementa con sus canales de venta online y tradicional, ubicados en los centros comerciales Jockey Plaza y Plaza San Miguel.