Lima.- OBS Business School ha publicado el informe de investigación: La industria aérea en tiempos de pandemia: una historia de resiliencia realizado por Ralph Michaud, Colaborador de OBS Business School.En el año 2019 volar era algo habitual para gran parte del mundo. La conectividad aérea se había duplicado desde el 2001, y viajar en avión costaba menos de la mitad. Como resultado, el ciudadano medio viajaba más del doble. El aporte de la industria aérea a la economía mundial era de US$ 3,5 billones anuales, es decir, un 4.1% del PIB global, generando más de 87,7 millones de puestos de trabajo (IATA, 2020f).

En febrero del 2020 empezó a sonar las primeras alarmas respecto al COVID-19 y la demanda de viajeros cayó un 14.1% y la oferta un 8.7% respecto al año anterior. La región Asia Pacífico, la primera en sentir los efectos de la enfermedad, redujo los asientos disponibles en 28.2 %, mientras que la demanda caía un 41.3 %. Los factores de ocupación empezaban a debilitarse y se situaron en 67.8 %.

El 11 de marzo del 2020, tras la declaración del COVID-19 como pandemia, los gobiernos establecieron medidas cada vez más restrictivas con el objetivo de frenar la propagación del virus. Dichas medidas, necesarias, profundizaron la crisis y desencadenaron un impacto sin precedentes en la economía global y, por supuesto, en el sector aéreo.

El año en que todo cambió

En noviembre del 2020 la industria de la aviación entró en crisis. En su punto más crítico, a mediados de abril del 2020, el tráfico aéreo se redujo en más del 75%. Al cierre del 2020, la industria de la aviación había retrocedido más de 20 años, reportando en su conjunto un volumen de negocio similar a 1998 y unos ingresos en niveles de 1993.

El cierre de fronteras se convirtió en una medida habitual. Como consecuencia, el mercado de viajes internacionales fue más afectado que el doméstico y sigue siéndolo. En el 2020, la demanda de viajes en vuelos internacionales fue 76% menor que en el 2019, mientras que en vuelos domésticos la caída fue del 49%.

Por otro lado, las cadenas de suministro volvían a funcionar rápidamente, potenciadas por el auge del comercio electrónico y el nuevo flujo de medicinas y equipos médicos necesario en tiempos de pandemia. El tráfico de carga vio una rápida recuperación.

La capacidad de carga se incrementó un 20%, en parte operando más vuelos o incorporando aviones cargueros. Pero también se hizo un número considerable de vuelos en aviones de pasajeros transportando carga, ya sea con la cabina de pasajeros vacía o bien llenándola de carga mediante conversiones temporales. La capacidad adicional ha sido más que bienvenida ya que el negocio de carga ha ayudado a algunas aerolíneas a amortiguar el impacto de la pandemia. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el transporte de carga aérea representa en un año típico tan solo el 12% del total de ingresos de la industria.

Estado de la aviación en el 2021

En diciembre del 2020 comenzó la aplicación de las vacunas contra el COVID-19 como primer paso hacia la nueva normalidad. Sin embargo, el año 2021 empezó peor de lo que se esperaba. La aparición de rebrotes y mutaciones del virus originaron nuevas olas de contagios en casi todas las regiones del mundo y nos ha llevado a una nueva temporada de restricciones de viaje y cierres de fronteras.

Como consecuencia la conectividad aérea internacional se ha deteriorado en el primer trimestre del 2021 pero la doméstica sigue en mejor forma, y presenta mejores perspectivas, ya que en marzo del 2021 estaban operando, a nivel mundial, el 97% de las rutas domésticas con el 76% de las frecuencias. Resaltar que el mercado doméstico de los Estados Unidos fue en el 2019 el que más viajeros concentraba (614 millones de pasajeros), seguido del de China (550 millones).

El transporte de carga aérea, por su parte, continúa su evolución positiva, en enero del 2021 el volumen de carga aérea fue 1.1% mayor que en enero de 2019, y en febrero un 9% mayor, retomando niveles del 2018. El índice global de producción industrial se encuentra en niveles por encima de los previos a la pandemia y a ello se suma el transporte de las vacunas. La capacidad de pasajeros, sin embargo, sigue siendo insuficiente. Como consecuencia, para muchas aerolíneas, las ayudas gubernamentales son aún necesarias.

Previsiones del sector y cambios para el futuro

El cumplimiento de los programas de vacunación, la apertura de fronteras, el testeo como parte del protocolo de viaje y la eliminación de cuarentenas son factores que acelerarán el proceso.

Pero el camino para cada región es dispar. Los operadores aéreos de Asia-Pacífico se recuperarán primero, liderados por China, que a finales del 2020, empujado por su mercado doméstico, había empezado a ser rentable. Algo similar sucede ahora en EE UU. Por otro lado, la región europea comenzará la recuperación más adelante en el 2021, después de que la vacuna se haya extendido.

Por su parte, el volumen del negocio de carga será también decisivo. Las aerolíneas con grandes operaciones de carga ya han mostrado un mejor rendimiento financiero en comparación con las que dependen únicamente de los vuelos comerciales de pasajeros y como consecuencia el número de conversiones de aeronaves de pasajeros a carga se verá incrementado en 36% (90 aviones) en el 2021 y un 21% adicional (109 aviones) en el 2022.

En cuanto al tipo de operación, las primeras aerolíneas que podrían volver a ser rentables serán las denominadas de bajo coste o low cost carriers. Por un lado, los viajeros hoy se preocupan más por sus finanzas. Por otro, estas aerolíneas han demostrado capacidad para reducir aún más sus costes y ser flexibles en el tamaño de sus flotas.

Por el lado de los clientes, antes de la pandemia los viajeros “premium” generaban alrededor del 5% del tráfico internacional. Estos viajes estaban relacionados habitualmente con los negocios. El COVID-19 impulsó el uso de las videoconferencias y demostró que algunos viajes se podían evitar, es por ello que un porcentaje de ese tráfico nunca volverá.

Conclusiones

La aviación está sufriendo una profunda reestructuración producto de la crisis. Tras este período algunas aerolíneas saldrán fortalecidas y otras desaparecerán, a la par que surgirán nuevos entrantes que aprovecharán la caída de algunas de las barreras del sector. La industria que surgirá posiblemente priorizará estructuras, acuerdos y tecnologías que les permitan ser más flexibles y operar con mayores márgenes.

Además, algunas aerolíneas tradicionales tendrán que reinventarse, priorizando las rutas regionales o domésticas y ampliando sus operaciones de carga, para aprovechar así los vectores de crecimiento.