El futuro de la aviación en Latinoamérica podría encontrarse en riesgo. Más allá de las deficiencias de infraestructura y del incremento en el tráfico aéreo después de la pandemia, (el cual ha alcanzado un 85 % del nivel registrado en el 2019), la región debe implementar nuevas políticas y acciones de sostenibilidad de cara a los problemas ambientales que enfrenta el planeta.

Con el fin de desarrollar los marcos regulatorios e incentivos para el uso de combustibles de aviación sostenibles en LATAM existe la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) y las Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), las cuales firmaron un acuerdo para promover el uso de SAF (Sustainable Aviation Fuel, estos son distintos tipos de combustibles empleados en aviones a reacción, que precisan en cumplir con ciertos criterios y consideraciones sociales, económicas y ambientales) en América Latina y el Caribe.

“Si no se alcanza una sostenibilidad razonable en el corto y medio plazo es posible que el sector se vea obligado a repensar sus modelos de negocio, al menos en los mercados más maduros” expresó Romá Andreu, autor del informe Transporte aéreo y sostenibilidad de EAE Business School. Ante las apremiantes necesidades de este sector, el informe de EAE Business School apunta a considerar “un cambio de paradigmas” y hace una invitación a pensar en “el retraso que pueda ocasionar una posible recesión”.

Según el informe de EAE, tras la pandemia y, a pesar de la situación creada por la invasión rusa a Ucrania, los avisos de recesión, la inflación generalizada y el aumento de precios de los billetes de avión, parece que “el sector del transporte aéreo está recuperándose”, incluso por encima de las previsiones realizadas por organizaciones como la IATA o la OACI.
En el 2024 se esperaba que fuera el año de la plena recuperación, donde ya se transportarán unos 5.000 millones de pasajeros, 500 millones más que en 2019. El global de pasajeros en 2021 representó un 47% respecto a 2019 muy lejos de las previsiones que la IATA tenía para 2022: 83%, 2023: 94%, 2024: 103% y un 111% en 2025. Por el lado de la sostenibilidad, a pesar de que algunas aerolíneas han desarrollado diferentes iniciativas el transporte aéreo, sigue siendo uno de los principales culpables
de la huella medioambiental que está provocando el cambio climático.

Al hablar de aviación sostenible nos trasladamos a la necesidad de contar con nuevos avances tecnológicos, los cuales según Romà Andreu, autor del informe de EAE, serán «lentos y requerirán de grandes inversiones económicas en medio de un entorno mundial que ha frenado la evolución”. “El sector aéreo se ha comprometido a alcanzar las emisiones netas cero en 2050 y, para lograrlo, se ha marcado una hoja de ruta basada en una combinación de soluciones que permitan superar este gran reto, pues la aviación es uno de los sectores de más difícil descarbonilación. Para lograrlo, las compañías aéreas apuestan por el uso de combustible sostenible para la aviación (SAF por sus siglas en inglés), una solución que permite reducir hasta en un 80% las emisiones de CO2 durante el ciclo de vida” afirma Javier Gándara Presidente De La Asociación De Líneas Aéreas (ALA) Para entender el impacto medioambiental de la aviación, el informe de EAE menciona los siguientes elementos a tener en cuenta, además, de las emisiones de CO2:

● Emisión de Óxidos de nitrógeno (NOx): son uno de los gases emitidos como subproducto de la combustión. Se puede combinar con otras substancias y dar lugar a la formación de contaminantes dañinos para la salud, como las partículas en suspensión y el ozono troposférico.
● Partículas en suspensión (PM): uno de los contaminantes más dañinos para la salud por su capacidad de penetrar en el sistema respiratorio y potencialmente causar, o agravar, enfermedades cardiovasculares, pulmonares e incluso cáncer.
● Contaminación por ruido: se ha detectado que esta puede perturbar los procesos cognitivos (problemas de concentración, retraso en aprendizaje, etc.), también pérdida del sueño y generar estrés que puede acabar derivando en enfermedades cardiovasculares.

Según el informe de EAE para finalizar, se prevé que América Latina y el Caribe en los próximos años se cuenta con el potencial de producir hasta 200 mil millones de litros de SAF, también se estima la IATA, lo que significa un 37% de la necesidad de combustible que tiene la industria Latinoamericana.