El Informe de Riesgos Globales 2022, elaborado por el World Economic Forum con el apoyo de Marsh McLennan y otras organizaciones, detalla a los riesgos climáticos como los dominantes en las preocupaciones mundiales a medida que el mundo entra en el tercer año de pandemia. Sin embargo, estas inquietudes también incluyen las diferencias sociales, la crisis de formas de subsistencia y el deterioro de la salud mental. Además, la mayoría de los expertos creen que la recuperación económica global será volátil y desigual en los próximos tres años.

En el caso peruano, el riesgo más preocupante es un “colapso de estado”. El WEF denomina a este riesgo como el colapso de un Estado con importancia geopolítica mundial como resultado de un conflicto interno, ruptura del estado de derecho, erosión de las instituciones, golpe militar, inestabilidad regional o mundial. En ese sentido, debido a las recientes crisis políticas que ha sufrido el país, es importante encontrar estabilidad a través de las autoridades locales para lograr disminuir esta amenaza.

Seguido del riesgo mencionado se encuentra el “prolongado estancamiento económico”. Este se refiere a una situación en la que el crecimiento económico de un país es nulo o muy pequeño durante mucho tiempo. Debido a la crisis generada por el COVID-19 y la lenta reactivación económica que viene viviendo el país, resulta apropiado detallar y definir nuevas medidas de inversión o de aceleración económica para poder contrarrestar este panorama. De la mano de este riesgo se presenta la crisis de empleo y medios de subsistencia, un peligro que también se ha visto aumentar debido a la pandemia global y cuya solución debe ir de la mano de la reactivación económica local y global.

Adicionalmente, el WEF identifica que en Perú también existe una grave desigualdad digital entre los ciudadanos locales, lo cual ha causado que durante años una gran parte de la población se vea privada de beneficios que trae la tecnología como lo pueden ser: información, educación y oportunidades laborales. Este acceso fracturado, como lo define el WEF, se da como consecuencia de la desigualdad en la capacidad de inversión, la falta de competencias necesarias en la mano de obra, el insuficiente poder adquisitivo, las restricciones gubernamentales y/o las diferencias culturales.

En línea con lo comentado, Mónica Acosta, Líder de Marsh Advisory detalla que claramente se vienen a futuro tendencias de riesgos que generarán en su momento puntos nuevos de dolor para las compañías y que se debe entender al informe como una herramienta valiosa para poder mirar nuevamente las estrategias, pero desde el punto de vista de riesgos.

Finalmente, tomando en cuenta lo presentado en el informe del WEF, se puede apreciar que, a lo largo de los años, las crisis suceden; sin embargo, estas se superan y forman mayor resiliencia en las compañías. Es por ello que las organizaciones deben reforzar sus capacidades para así seguir buscando alcanzar los objetivos estratégicos planteados.