Lima.- Cada 16 de octubre se conmemora el Día de la Educación inclusiva en el Perú y, en fechas como ésta, es importante señalar que de los 3 millones de personas con discapacidad en nuestro país, 900,000 están en edad escolar (0 a 19 años), pero sólo 39,400 reciben atención educativa: 25,000 en colegios especiales, 11,400 en colegios regulares integradores y 3,118 en Programas de Intervención Temprana y Oportuna – PRITE, según la Comisión de Inclusión Social y Personas con Discapacidad del Congreso.
Una de las alternativas de solución para esta problemática a nivel mundial, es la incorporación de niños con alguna discapacidad a colegios de educación básica regular, pero en nuestro país la realidad es que sólo se ha logrado sumar a esta práctica a menores con una discapacidad leve o moderada; es decir, solo un 32,8% del total de niños y niñas con discapacidad inscritos en el registro nacional. Ante ello, existen los Centros de Educación Básica Especial (CEBE), la modalidad del sistema educativo peruano que atiende a niñas, niños, adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales asociadas a discapacidad, promoviendo el desarrollo integral de sus capacidades.
En este contexto, la 14° edición del concurso “Maestro que deja huella 2020 – 2021”, organizado por Interbank, que premia a los profesores con las mejores iniciativas educativas, tuvo por primera vez como ganadora a una directora. Jessica Gómez Londoña, del Centro de Educación Básica Especial María Auxiliadora de Lima, fue reconocida por implementar equipos, materiales y mobiliarios y gestionar alianzas para dictar talleres a las aulas de inicial y primaria para asegurar la inclusión laboral y social de los estudiantes con discapacidad severa y multicapacidad.
“Mi objetivo era garantizar una educación de calidad en igualdad de oportunidades a estudiantes con discapacidad para asegurar su inclusión. Era imprescindible desarrollar capacidades y habilidades productivas en los estudiantes que permitan su inserción laboral a través de la implementación de un aula-taller, así como habilitar con materiales y equipos las diferentes aulas y brindar las condiciones adecuadas en los distintos espacios”, explicó Gómez.
La directora, de padres docentes, asumió en el 2015 la dirección del CEBE María Auxiliadora con aulas, sillas de plástico y zonas de terapia física en pésimas condiciones. Todo ello la motivó a participar en el concurso, pues estaba convencida de que debía luchar por sus alumnos. Actualmente, cuenta con 98 estudiantes con discapacidad impactados positivamente gracias a su programa. “Soy muy soñadora y creo que cuando tienes un sueño, lo proyectas y lo ejecutas”, recuerda Jessica Gómez.
Ni el cáncer diagnosticado en abril de este año la detuvo. Ella decidió que seguiría trabajando junto al equipo de profesores, por sus estudiantes, quienes además eran su mayor inspiración. “Mi familia es mi mayor soporte y mis colegas del CEBE, que me brindaron su apoyo desde que se enteraron. Querer es poder y gracias a este equipo increíble y responsable, hemos logrado este premio”.