Las sociedades están en una constante transformación, que se ha dado gracias a grandes descubrimientos científicos, el avance de la tecnología, cambios en el estilo de vida e incluso en el ecosistema. Sin lugar a duda las grandes transformaciones han surgido como una necesidad de garantizar la sostenibilidad de las mismas y al mismo tiempo como una responsabilidad hacia el planeta en el que habitamos.
Dentro de las responsabilidades que tienen las grandes industrias está la reducción del riesgo en algunas actividades que a través de los años se ha confirmado generan un impacto negativo en el ambiente o en la salud. El ejemplo más claro es encontrar mecanismos que permitan reducir la contaminación ambiental, en donde la industria automotriz tiene una gran responsabilidad.


Es así que, impulsados por este propósito y cuestionando toda la tecnología básica y la lógica de producción de automóviles, se planteó una solución a este problema: el auto eléctrico; un medio de transporte que no emite sustancias nocivas al aire durante su uso.
De la misma manera en que la industria automotriz viene evolucionando, creando productos con una visión medioambiental y de reducción de riesgos hacia el planeta, industrias como el tabaco se están sumando a este reto.


Según datos de diversas encuestas internacionales, más de mil millones de personas en todo el mundo son fumadores actualmente, exponiéndose al humo y los riesgos que este puede contraer. Además de los daños que traen a la salud del fumador, otro gran problema es la exposición de quienes lo rodean, convirtiéndose en una cadena de personas afectadas debido a un solo fumador.


Es así que, gracias a extensas investigaciones, se entendió que la manera más eficaz de minimizar estos riesgos es eliminando la combustión por medio de varias tecnologías libres de humo, que al calentar en vez de quemar, eliminan algunas de las sustancias nocivas del humo en comparación con los cigarrillos. Por lo tanto, al eliminar la combustión menos sustancias nocivas pueden ingresar al cuerpo de los fumadores y de quienes los rodean. Si bien estas tecnologías no están libres de riesgo al 100%, pues al contener nicotina aún persiste el riesgo de adicción o de aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, si son una transformación que impacta positivamente en la sociedad.

Finalmente, la producción de energía se ha trasformado, precisamente para eliminar la combustión y reducir el riesgo para el ambiente. Actualmente existen fuentes de energía renovables como las hidroeléctricas y los parques eólicos que alimentan energéticamente a grandes ciudades. En el caso de las industrias algunos sectores como las de alimentos, textiles y cementos han cambiado sus procesos de producción para volverlos más sostenibles, por ejemplo con el uso de paneles solares que reemplazan otras fuentes de energía.

Eliminar la combustión se convierte en un mecanismo certero que permite reducir el riesgo tanto en el ambiente como en la salud. En ese sentido, la transformación de las diferentes industrias corresponde a una necesidad puntual de brindar alternativas que generen sostenibilidad, pero sobre todo garantías para todas las personas.