Los Destinos Turísticos Inteligentes (DTI) son un modelo de gestión del territorio que nació de la mano de las ciudades inteligentes. El sector turístico fue uno de los más golpeados por la pandemia, por eso todos sus segmentos como el DTI deberán ser aprovechados al máximo para brindar experiencias diferentes y seguras a los viajeros para recuperar el terreno perdido por el Covid-19. 

Un destino turístico inteligente es aquel que ofrece soluciones innovadoras y sustenta sus servicios en una infraestructura tecnológica moderna y sólida, enfocada en la competitividad y el desarrollo basados en principios de sostenibilidad, innovación, tecnología y accesibilidad.

Al respecto, el experto José Manuel Cimadevilla, Miembro Colaborador del Departamento de Investigación de Ostelea Tourism Management School, señaló que en Latinoamérica aún existe un gran reto para la consolidación de los destinos turísticos inteligentes, ya que son países emergentes que están en un proceso de desarrollo y tienen que entender todavía la esencia de lo que significa constituir un DTI en las diferentes ciudades. 

“Observamos que, principalmente, varias capitales y ciudades principales de LATAM han empezado desde hace unos años a proponerse construir este conocimiento y articular el sector privado, público y la academia para constituirse como DTI, logrando enfocar su estrategia en el fortalecimiento de la gobernanza, la accesibilidad, la innovación, la sostenibilidad y la tecnología”, expresó Cimadevilla. 

El experto agregó que lo importante es que las autoridades de los destinos incluyan este novedoso concepto en las políticas públicas tales como los Planes Locales de Desarrollo para que las diferentes empresas empiecen a hacer, de la misma manera, un trabajo de transformación. 

¿Cómo se convierte un lugar en un destino turístico inteligente?

Un DTI debe cumplir con siete premisas principales: 

  • Debe ser innovador y ofrecer metodologías participativas.
  • Tener una infraestructura tecnológica que permita ofrecer servicios y productos personalizados de calidad.
  • Manejar un plan de negocios en el que prime el desarrollo sostenible de la empresa, la preservación del medioambiente y el respeto por los valores culturales del lugar de asentamiento.
  • Garantizar la accesibilidad para todas las personas, incluidas aquellas con discapacidad, mujeres embarazadas, limitaciones de movilidad y personas mayores.
  • Estimular la interacción e integración de sus visitantes con el entorno en el que se encuentra nuestro negocio.
  • Ofrecer experiencias de máxima calidad que vayan desde lo que se proyecta en los copys que se desarrollan para las diferentes redes sociales, hasta lograr que el cliente esté satisfecho.
  • Que el proyecto turístico y las implementaciones que requiera también mejoren la vida de los residentes.

“Cuando se reúnen todos estos requisitos se procede a hacer un diagnóstico integral para conocer los puntos fuertes de este destino, sus debilidades y su potencial. En este análisis también se toman en cuenta todos los elementos que permiten el desarrollo de un destino inteligente, incluyendo los habitantes del lugar”, enfatizó el experto de Ostelea. 

El verdadero reto se basa en vincular el papel de ciudadanos/turistas y las conexiones que establecen con los servicios que ofrece la ciudad (GPS, wifi o bluetooth) para extraer información más personal vinculada con sus gustos, aficiones, horario de trabajo y destinos vacacionales preferidos, entre otros.

Caso Perú  

Durante la Feria Internacional de Turismo 2021, Fitur, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo de Perú (Mincetur) selló una alianza con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España para convertir el país vecino en un Destino Turístico Inteligente, basado en la experiencia europea. 

El representante del Mincetur informó que con ello se dará un impulso al desarrollo de los DTI en el Perú, lo que significa una oportunidad para transformar el turismo en un sector más competitivo, más inteligente y más sostenible, fomentando la innovación y el uso de la tecnología.