Lima.- Seguridad alimentaria se refiere a que todas las personas en todo momento tengan disponibilidad de alimentos, es decir, suficiente cantidad y variedad de alimentos nutritivos y seguros; tengan acceso a estos alimentos a través de recursos económicos suficientes y también acceso físico a ellos; que haya un consumo adecuado, de preferencia de alimentos naturales y de producción local para atender también las preferencias culturales de la población; y así contribuir a lograr una vida sana y activa.

Todo esto que abarca la seguridad alimentaria y nutricional se ha visto afectado en la pandemia porque en algunos casos se redujo la producción, se presentaron más dificultades de transporte y menos recursos para adquirir los alimentos. Al inicio, por la cuarentena, se tuvo menos acceso a los mercados y debido a esto, la alimentación en muchos hogares se vio afectada, lo que se tradujo en menor consumo de cantidad de alimentos, con menos frecuencia, dietas pobres en alimentos de origen animal y presencia de hambre en las familias.

Uno de los componentes importantes de la seguridad alimentaria es la estabilidad para todos los componentes, la misma que ha sido afectada por la pandemia; y el tema de la institucionalidad, que es el marco normativo, tampoco fue desarrollado para épocas de pandemia; este se ha ido adecuando y esas demoras han afectado, generando hambre, sobre todo en personas de mayor vulnerabilidad.

“Al haber inseguridad alimentaria y nutricional hay más riesgo de tener malnutrición, ya sea desnutrición, anemia por el menor consumo de alimentos nutritivos y de alimentos ricos en hierro; o por otro lado también, sobrepeso u obesidad por el consumo de dietas de menor calidad con más carbohidratos. La desnutrición y la anemia, que sobre todo afecta a los niños, puede hacer que sean más susceptibles de contraer infecciones y en el caso de anemia, síntomas como cansancio, dolor de cabeza y menor concentración. Tenemos muy buenas políticas y normas que deben implementarse en todo nivel para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional”, comenta la Dra. Marilú Chiang Directora Ejecutiva de Prisma.

Para que una persona esté sana y pueda trabajar adecuadamente, necesita consumir determinada cantidad y calidad de alimentos en determinados momentos y si esto no se desarrolla de forma normal, va a afectar primero a su salud y al rendimiento laboral, etc.

“En nuestras casas debemos tratar de tener una alimentación saludable, consumir alimentos naturales y variados, consumir frutas y verduras, menestras, tubérculos, productos de origen animal; no consumir alimentos ultra-procesados, poca azúcar, poca sal y preferir alimentos de la estación y los que se producen localmente”, indica Amanda Valdez jefa del área de Fortalecimiento Institucional y Educación de Prisma.

Otros aspectos a tener en cuenta son:

*Selección adecuada de alimentos nutritivos, variados y limitar el consumo de azúcar y sal.

*Priorización de la alimentación, primero los niños, embarazadas, lactantes y adultos mayores.

*Incluir la actividad física como parte del bienestar.

*Consumir suficiente agua para ayudar en la digestión.

*Considerar los espacios del servido como lugares de conversación.

Estos temas y otros más se abordarán en el I CONGRESO INTERNACIONAL DE SEGURIDAD ALIMENTARIA Y NUTRICIONAL del 04 al 07 de octubre, organizado por Prisma ONG y la UPCH, a través de su carrera de Nutrición, el cual tendrá como objetivo fortalecer capacidades a todo nivel que mejoren la seguridad alimentaria y nutricional nacional, teniendo en consideración estrategias internacionales y priorizando la sistematización y puesta en valor de experiencias territoriales desarrolladas por universidades, ONG, empresas, gobiernos, startups, y otras organizaciones, que tienen el mismo propósito, es decir, disminuir las brechas del hambre en Perú durante y pos pandemia.