El desarrollo de la educación en nuestro país es un reto constante. Ante la incertidumbre generada por el Covid-19, cientos de alumnos vieron interrumpidos sus estudios por falta de recursos económicos. Los niveles de deserción se triplicaron y la morosidad en los pagos de pensiones se duplicó. En cifras generales, la cuarentena ha impactado la educación de 9.9 millones de estudiantes peruanos, de los cuales solo el 39% cuenta con acceso a internet.

“Hoy más que nunca debemos asegurar la calidad y el acceso educación superior, pues es a través de ella que una persona puede romper el círculo de pobreza, empezar a trabajar y generar desarrollo que irradiará a su familia, su descendencia y al Perú. De acuerdo con una reciente investigación, un joven con recursos limitados tiene 28% menos probabilidades de acceder a la universidad. Sumado a ello, si sus padres no accedieron a estudios superiores, se reduce la probabilidad en un 16%. No podemos permitir que jóvenes talentosos, que cuentan con una visión clara y las ganas necesarias para salir adelante, se queden sin estudiar por falta de recursos económicos”, indicó Silvia Noriega, Gerente de Reputación y Responsabilidad Social BCP.

Actualmente, solo 3 de cada 10 jóvenes pueden acceder a este tipo de educación de acuerdo con el Minedu; y más del 70% de los adultos aspiran a formación técnica o profesional. Además, el subempleo profesional afectaba a 4 de cada 10 egresados universitarios y a 5 de cada 10 egresados técnicos. Bajo este escenario y con el propósito de acortar la brecha educativa, nace el programa Becas BCP, iniciativa que facilita el acceso a educación superior en las mejores universidades e institutos del país.

Un mejor nivel educativo reduce sustancialmente la probabilidad de caer en situaciones de pobreza. “Atravesamos un momento sin precedentes, donde el ingreso de las familias se ha visto afectado y aquellas que están compuestas por 2 a 3 hijos, entran en una disyuntiva al ver que sus ingresos no son suficientes, por lo que no hay otra solución más que dejar un ciclo o retrasar el inicio de la etapa técnica/universitaria. La deserción en los últimos meses ha alcanzado el 30% en institutos y 15% en universidades. Aquí, la beca juega un rol fundamental”, señalo Noriega.

La convocatoria de Becas BCP ya se encuentra abierta en www.becasbcp.com. Para carreras universitarias se financia el 100% de los costos académicos, graduación y titulación. Así como la manutención y vivienda (en caso sea aplicable), además de la entrega de una laptop a cada uno de los becarios, clases de inglés y seguro médico. Adicional a ello se cuenta con un programa de acompañamiento e inserción laboral. En el caso de carreras técnicas, la beca cubre el 50% de los costos de estudio durante los 2 o 3 años de la carrera dependiendo del instituto elegido, además de contar con un programa de talleres de habilidades blandas para los becarios.

NECESIDAD EVIDENTE

Jhoully Moreno, una joven licenciada en Administración que en 2015 recibió una beca del BCP, consideró que este tipo de ayudas son una necesidad evidente, más aún en un tiempo de pandemia que “ha sacado a relucir las deficiencias” más notorias del país. “Una de las más graves es la educación. No hay recursos o herramientas para avanzar. Muchos no tienen para pagar Internet, y entonces, si no tienes acceso ni recursos, te ves truncado. Se tienen ganas, hay gente con talento que quiere seguir superándose, pero lamentablemente no tienen los recursos”, razonó.

En ese sentido, Moreno subrayó que en Perú todavía es necesario que tanto el Estado como el sector privado sea consciente de que la “la educación es importante para el progreso del país, y no es un gasto, sino una inversión que dará fruto en el futuro”. Además, según ella, los estudiantes becados son más susceptibles de adquirir “los compromisos de hacer algo” y no solo quedarse con lo que recibieron, sino “retribuir”, un aspecto esencial en un entorno en donde hacen falta “agentes de cambio”.

“Posicionarnos, hacer reformas por el bien de todos, emprender, ayudar, o seguir aportando. No es que un programa de becas nos haya puesto esa la mentalidad, pero sí que al ir creciendo en el entorno vemos el rol importante de la educación”, acotó.

LOGRAR OBJETIVOS

Para Sebastián Panta, estudiante de Electrónica y Automatización Industrial, la existencia de programas de becas constituye “una gran oportunidad para conseguir objetivos” que de otra forma serían “difíciles de obtener”.

“Económicamente hablando la ayuda es evidentemente para bien. Mis padres no podrían cubrir los costos de mis estudios. Y también es importante el apoyo moral que se nos da”, comentó. Según Panta, uno de los aspectos claves de las becas es que son una respuesta para quienes “buscan oportunidades y hacen el esfuerzo de conseguirlas”, lo que en sí mismo “ya permite ver un fruto”.

“Apuestan por gente con ganas”, remarcó.

En ese sentido, destacó que otras empresas privadas tomen ejemplo de los programas de becas “pues si tienen posibilidades de hacerlo, les va a servir”. “Los becarios somos chicos con ganas, y queremos salir a comernos el mundo, capacitados y capaces. Apoyarnos es importante (para que) en esa parte nadie se pierda”, culminó.