Lima.- Atrás quedó la idea que la gestión de proyectos era una cuestión de los ámbitos exclusiva de la ingeniera y la arquitectura. La gestión de y por proyectos está presente prácticamente en todos los ámbitos del día a día. Tanto es así que es habitual escuchar referencias a la “proyectización” y a la creciente importancia de la economía basada en los mismos.
Sobre este asunto, Juan Luis Vila Grau, Director del Máster Project Management de VIU – Universidad Internacional de Valencia, indicó que “el empleo basado en proyectos es una tendencia fuerte que seguirá aumentando, ya que no es algo que -por ahora- puedan realizar las máquinas”.
La constante necesidad de adaptación al cambio hace necesario poner en marcha más y nuevos proyectos. Sin embargo, las organizaciones cuentan con recursos limitados, y por ello tendrán que idear, seleccionar, y gestionar de la mejor manera las iniciativas más acordes para cumplir con la tarea.
Se debe entender que -básicamente- este perfil es el de la persona que carga la responsabilidad del proyecto o proyectos que se le asignan. Esto implica que debe asegurarse que todo marche sobre el plan trazado y de gestionar las incidencias que surgen conforme a lo establecido. La mayor parte del día a día de un Project Manager se centra en la comunicación con el equipo y las diferentes partes interesadas en el proyecto.
“La tecnología podría realizar una parte operativa y seguro jugará un papel fundamental, pero hay una parte humana en toda iniciativa que tiene que ver, por ejemplo, con el propósito y los aspectos emocionales de su gestión como son la comunicación o la gestión de equipos, que necesita de la esencia del ser humano”, señaló el docente de la Universidad Internacional de Valencia.
Tendencias en el marco empresarial
La actualidad está caracterizada por los denominados contextos (VUCA, por sus siglas en inglés), volatilidad, incertidumbre, complejidad y la ambigüedad, los cuales limitan las previsiones y planes a largo plazo, incluso, en algunos casos a medio plazo.
El director de la VIU expresó que los cambios para sobrevivir en este contexto son una constante con el que personas y organizaciones deben adaptarse. Todos tienen presente la actual pandemia de COVID-19 y cómo eso ha impactado al mundo.
“Claramente también tuvo en choque en los proyectos y en la forma en que se gestionan: ante un entorno incierto y cambiante, es necesario un enfoque ágil y adaptativo. Por supuesto, sin olvidar la naturaleza del objeto del proyecto. También el rol del Project Manager, que ha evolucionado hacia un estilo de gestión acorde a las nuevas tendencias. En este contexto volátil e incierto, la transformación digital se plantea como el gran reto de las organizaciones, independientemente de su tamaño y sector para los próximos años”, recalcó Vila Grau.
Es pertinente que se hable de los enfoques de gestión. Al respecto, los dos más importantes en la gestión de proyectos son el predictivo o tradicional, también conocido como waterfall, además del adaptativo o agile. Este último, ha ganado relevancia desde la aparición del ‘Manifiesto para el Desarrollo Agile de Software’, por lo que se ha extendido prácticamente a todos los sectores, muchos más allá del desarrollo de software y el ámbito IT.
En la actualidad se aboga por un enfoque híbrido que combine lo mejor de ambos enfoques en función del proyecto y su contexto.
Las organizaciones también ganan
La gestión de proyectos engloba un área de conocimientos que se centra en la parte financiera de los proyectos. Sin duda, esta permitirá conocer diferentes técnicas y herramientas para analizar los proyectos desde un punto de vista financiero que permita seleccionar las iniciativas más rentables y beneficiar a las organizaciones.
Más allá de este aspecto económico, una cultura organizativa influenciada por la gestión de proyectos contribuye a mejorar la eficiencia y eficacia de las compañías y de los equipos desde una perspectiva más global. Por ejemplo, contribuye fomentar el uso de buenas prácticas para minimizar los riesgos, aumentar el control e incrementar la confianza.
La persona que quiera desempeñarse como Project Manager debe ser consciente de la necesidad de comunicarse con otras personas y grupos, así como de convivir y gestionar la incertidumbre. Tal vez, estas cuestiones pueden llegar a generar estrés, pero el manejo del mismo es una habilidad necesaria para quienes quieran desarrollarse en este campo. Una buena predisposición a seguir aprendiendo, saber escuchar y trabajar en equipos, son aptitudes fundamentales para el día a día. Tanto como la tolerancia y el compromiso con el proyecto y con el equipo, concluyó el experto de VIU.