Lima.- El reflujo en los niños es motivo de preocupación en los padres de familia y se refleja en la gran demanda de consultas que recibe el servicio de Gastroenterología del Instituto Nacional de Salud del Niño de Breña; estas representan alrededor del 30 % del total de consultas médicas.
Según el gastroenterólogo, Dr. Godofredo Talavera Chávez, en esta enfermedad hay dos grupos: reflujo fisiológico que no requiere tratamiento, es pasajero y se presenta en los bebés hasta los 18 meses de edad. El otro caso es patológico, que se presenta en mayores y en menores de esta edad siempre y cuando comprometa la nutrición y afecte las vías respiratorias.
Si el bebé regresa una pequeña cantidad de alimento, conocido como “cortadito” o “chanchito” de tres a cuatro veces al día, no hay problema; pero si vomita mayor cantidad y se repite más de tres veces, acompañado de tos o ronquido del pecho, entonces es mejor consultar a un especialista, porque puede tratarse de un reflujo patológico. Este diagnóstico puede generar desnutrición, debido a los vómitos, regurgitaciones permanentes y disminución de ingesta por dolor.
“Otras complicaciones se presentan cuando el contenido de los alimentos llegan a los pulmones, produciendo en algunas ocasiones neumonía. Existen también niños alérgicos, muchas veces lo catalogan como asma sin embargo; se trata de micro aspiraciones del contenido alimenticio”, indicó el especialista.
Además, el reflujo patológico produce problemas en el oído medio, otitis crónica, malogra la dentina y genera afonía; pero las complicaciones más severas son las bronquiectasias (inflamación de los bronquios).
Recomendaciones
Para evitar las regurgitaciones se disminuye la cantidad de leche que ingiere el niño, si toma por ejemplo, 10 o 15 minutos de pecho entonces le bajamos 5 minutos, descansa un tiempo y continúa hasta completar la lactancia.
Además, se puede colocar al niño con la cabecera levantada y en posición lateral izquierda para que el alimento pase más rápido al intestino.