Son múltiples los beneficios de la lactancia materna tanto para la madre y el bebe. Sin embargo, en el contexto de pandemia por el brote de coronavirus, surgen dudas respecto a un posible contagio al bebé en caso la madre sea diagnosticada con Covid-19. 

La Organización Mundial de la Salud recomienda que, aun cuando la madre haya contraído la Covid-19, debe continuar con la lactancia porque ésta le proporciona al bebé los anticuerpos necesarios que le protegen contra diversas infecciones respiratorias como gripe, asma, alergias, diarreas, entre otras enfermedades.

“Si la madre es diagnosticada con Covid-19, o sospecha de haberse contagiado, debe continuar alimentando a su bebé con leche materna, pero manteniendo las conductas de higiene como el lavado de manos constante y el uso de mascarilla durante el tiempo que permanezcan los síntomas. No será necesario complementar con fórmulas, pues la madre no debe disminuir la cantidad de tomas diarias que ofrece al bebé”, comenta la doctora Giovanna Valdespino, Jefa de Programas Preventivos de Sanitas.

Dar de lactar tiene muchos beneficios. Las investigaciones muestran que, alrededor de un 20% de la muerte de neonatales (de menos de un mes) podrían ser prevenidas si todos los recién nacidos empezaran a recibir leche materna durante su primera hora de vida. Además, diversos estudios señalan que los niños alimentados con leche materna exclusiva por un mínimo de seis meses reducen el riesgo de malnutrición infantil y tienen mejor digestión frente a los bebés alimentados con fórmula. Además, presentan un mayor desarrollo cerebral y coeficiente intelectual superior a los niños que solo se alimentaron durante un mes con leche materna. 

En ese sentido, la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses, luego de los cuales se complementa con la alimentación sólida. Así mismo, se recomienda seguir dando leche materna al bebé como mínimo hasta los 2 años de edad.

Este año, la Semana Mundial de la Lactancia materna, que será conmemorada la primera semana de agosto, busca apoyar esta práctica para contribuir a un planeta más saludable, centrándose en el impacto que genera la alimentación infantil en el medio ambiente y el cambio climático, destacando la importancia de promoverla y apoyarla para mejorar la salud del planeta y su gente.