El pronóstico brindado recientemente por el Foro Económico Mundial es realmente alarmante: si no se implementan cambios significativos, se necesitarán 131 años para alcanzar la igualdad de derechos en el mundo, por lo que se tendría que esperar hasta el año 2154 para lograr ese objetivo. Como vemos, este dato remarca la necesidad de realizar acciones inmediatas y contundentes para abordar estas desigualdades y promover un futuro más equitativo para todos.

Es en ese contexto que Plan International lanza la campaña «Acelera el Reloj», una iniciativa que busca garantizar que las niñas y jóvenes estén presentes en las mesas donde se toman decisiones que las afectan, hasta lograr la plena igualdad.

Como parte de esta campaña, se han recopilado los testimonios de cuatro jóvenes activistas llamadas Cielo, Lisbeth, Fátima y Fernanda, quienes enfrentan diversos desafíos por una misma lucha: la igualdad para las mujeres y niñas en el Perú.

Para comenzar, veamos el testimonio de Cielo, una chica de 17 años que vive en Iquitos, donde el limitado acceso a información sobre educación sexual integral contribuye al aumento de los embarazos adolescentes y de la deserción escolar. Sin embargo, Cielo se niega a aceptar esta realidad, y está comprometida con ser parte del cambio: “Soy parte de un grupo de 45 líderes jóvenes formados que participan en espacios de decisión en Loreto, y mi deseo es estudiar derecho para defender a las niñas y conseguir que tengan acceso a la educación que merecen”, apunta.

Por otra parte, observemos la historia de Fernanda, una adolescente de 12 años originaria también de Loreto, quien enfrenta ciertas creencias culturales que han normalizado el embarazo adolescente y las uniones a temprana edad con parejas adultas. Consciente de esta problemática, a su corta edad aboga por la necesidad de que existan orientadores que eduquen sobre la importancia de prevenir ese tipo de situaciones. “Sueño con un futuro donde todas las niñas puedan disfrutar de su infancia y no se vean forzadas a asumir roles de adultas prematuramente”, menciona.

No debemos dejar de lado el caso de Lisbeth, una joven cusqueña de 14 años que enfrenta una terrible realidad en su comunidad: la normalización de la violencia contra las mujeres y el embarazo adolescente. “Esto me ha llevado a convertirme en una activista, donde cumplo el rol de educadora par, gracias al cual puedo orientar a mis compañeros, compañeras y familiares sobre la importancia de prevenir situaciones de violencia y desigualdad”, comenta Lisbeth, quien se imagina culminando su carrera en derecho y ayudando a más mujeres a alcanzar la justicia.

Por último, revisemos el testimonio de Fátima, una joven de 14 años nacida también en Cusco, quien reconoce que una de las problemáticas más graves de su región es el feminicidio: “Esta realidad me ha llevado a tener un fuerte compromiso con el cambio, por lo que actualmente ocupo el cargo de regidora de los derechos del niño y el adolescente en mi colegio”, puntualiza Fátima, quien aspira a estudiar obstetricia y a convertirse en voluntaria, con el objetivo de crear más espacios de liderazgo, y por lo tanto mayores oportunidades para las adolescentes y mujeres en su entorno.

Para finalizar, Veronique Henry, directora País de Plan International, comparte la siguiente reflexión alrededor de estos testimonios: “Como vemos, en el Perú la lucha por la igualdad es una tarea urgente, la cual requiere acelerar el paso para así crear cada vez mayores oportunidades para las mujeres y niñas, tal como lo vienen haciendo estas jóvenes activistas. De esa manera, cada historia nos muestra el esfuerzo de miles niñas y adolescentes por salir adelante, por lo que desde Plan International tampoco pararemos de sumar esfuerzos a favor de este importante objetivo”.